Obispos mendocinos: acompañar, cuidar e integrar a familias y jóvenes

Obispos mendocinos: acompañar, cuidar e integrar a familias y jóvenes

El obispo auxiliar y administrador apostólico de Mendoza, monseñor Dante Gustavo Braida, y el obispo auxiliar, monseñor Marcelo Fabián Mazzitelli, difundieron su carta pastoral 2018, en la que llamaron a “acompañar, cuidar e integrar a las familias y a los jóvenes”. También convocaron a un proceso de renovación catequística “verdadero” y recordaron que sólo “orgánicamente unidos y complementarios” se puede ofrecer un servicio “genuino” en este sentido.

El obispo auxiliar y administrador apostólico de Mendoza, monseñor Dante Gustavo Braida, y el obispo auxiliar, monseñor Marcelo Fabián Mazzitelli, difundieron su carta pastoral 2018, en la que llamaron a “acompañar, cuidar e integrar a las familias y a los jóvenes”. 

Los prelados explicaron que el documento, elaborado en gran parte por el fallecido monseñor Carlos María Franzini, constituye “un aporte de nuestro servicio episcopal proponiéndoles algunas líneas para animar y orientar la marcha pastoral de nuestra arquidiócesis”. 

“Está claro que no se trata de un ‘plan pastoral’ sino de orientaciones comunes para todas las comunidades parroquiales y educativas, para los movimientos e instituciones y para todos los que forman parte de esta Iglesia particular. Cada uno, según sus posibilidades y carismas, verá la mejor forma de aprovecharlas para crecer en comunión y caminar junto a todo el pueblo de Dios que peregrina en Mendoza, superando individualismos que hacen estéril nuestra misión”, especificaron. 

“Juntos necesitamos valorar y renovar cuanto ya venimos haciendo. Pero también necesitamos discernir y planificar nuevas propuestas para cuanto aún nos falta”, agregaron. 

Los obispos mendocinos reiteraron la necesidad de “salir al encuentro de tantos hermanos nuestros que viven en situaciones familiares complejas, para poder acompañarlos adecuadamente y ser acogidos en la Iglesia que quiere ser, como lo ha expresado el papa Francisco, ‘un hospital de campaña’”. 

“Una inmediata consecuencia de una Pastoral Familiar más honda e incisiva será el renovado empeño por los jóvenes y por una Pastoral de Juventud seria y consistente”, aseguraron. 

Asimismo, consideraron que la próxima Asamblea del Sínodo de los Obispos, que abordará el tema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, es una ocasión propicia para “revisar y profundizar nuestro servicio evangelizador a los jóvenes”. 

Monseñor Braida y monseñor Mazzitelli también estimaron necesario encarar un proceso catequístico “serio y prolongado en el tiempo”, y evaluaron que la Catequesis Familiar “tendrá que ser revisada y ‘aggiornada’ para que siga respondiendo a las necesidades y posibilidades de las familias de hoy”. 

“La catequesis matrimonial y bautismal deberá ser una auténtica experiencia de anuncio kerygmático para quienes buscan los sacramentos. La catequesis de Confirmación, que convoca a numerosos jóvenes, deberá ser más sistematizada y continuada en una pastoral de juventud sólida y comprometedora”, puntualizaron. 

“Será necesario, al mismo tiempo, fortalecer la catequesis especial y de adultos. En fin, sólo un renovado empeño catequístico ofrecerá, desde nuestras humildes posibilidades, la ocasión para que las familias y los jóvenes puedan reconocer el tesoro escondido y la perla de gran valor que Jesús nos ofrece con su Reino”, agregaron. 

Los obispos mendocinos sostuvieron que para que este proceso de renovación catequística sea verdadero, hay que “seguir afianzando los diversos servicios que ofrece la Junta Arquidiocesana de Catequesis, revisar si nuestras escuelas católicas ofrecen una auténtica formación cristiana que dé sentido a su identidad y a su existencia, garantizando que el encuentro con Cristo sea el centro del camino formativo propuesto en cada etapa”. 

“Verificar que los movimientos e instituciones de apostolado sean ámbitos genuinos de formación donde se forjan apóstoles y testigos para el mundo y, por fin, que las parroquias sean auténticas comunidades que viven e irradian el Evangelio en el territorio en el que se encuentran. Sólo así, orgánicamente unidos y complementarios, ofreceremos un genuino servicio a las familias y los jóvenes”, concluyeron.

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