Obispos de la frontera colombo-venezolana piden solución de la crisis

Obispos de la frontera colombo-venezolana piden solución de la crisis

 Un gesto de una “Iglesia sin frontera, Madre de todos” realizaron los obispos de la frontera colombo - venezolana: monseñor Mario Moronta, Obispo de la Diócesis de San Cristóbal (Venezuela); y monseñor Víctor Ochoa, Obispo de la Diócesis de Cúcuta (Colombia); quienes se encontraron en el puente Internacional Simón Bolívar, límite entre las dos naciones para pedir a los presidentes de los respectivos países que “se encuentren, dialoguen, y consigan la solución a la crisis fronteriza”.

Fue un encuentro para planificar y apoyarse mutuamente como iglesias locales hermanas, ante el cierre de la frontera entre las dos naciones por parte del gobierno venezolano y la deportación de ciudadanos colombianos. El encuentro, efectuado el pasado 28 de agosto, se inspiró en el Mensaje del Papa Francisco de la Jornada del Inmigrante: “Iglesia sin fronteras, Madre de todos”.

Indicó el obispo venezolano: “solicitamos a los dos presidentes, (Juan Manuel) Santos y (Nicolás) Maduro y a todas las autoridades que tienen que ver con nuestras dos Naciones, primero que se encuentren y que en dicho encuentro se dé un diálogo, para buscar la solución a la crisis creada, teniendo en cuenta que son más las cosas que nos unen que aquellas que nos dividen”.  

También señaló monseñor Mario Moronta que la labor de la Iglesia en esta crisis se centra en atender con preocupación a los pobres, quienes son los que más sufren en esta situación. “De allí el llamado a los gobernantes y a la ciudadanía de Colombia y de Venezuela, que sin dejar de atender los grandes problemas, fijemos y centremos nuestro interés en lo más importantes que es la gente, tanto los deportados, como los que han pasado por las trochas, pero también la gente que tiene hijos, niños o familiares de personas que ahora han sido llevadas o pasados al otro lado de la frontera”.

Por su parte, monseñor Víctor Manuel Ochoa, Obispo de Cúcuta, manifestó que “es un momento de gran sufrimiento para muchos, de ambos lados, es un problema para muchos colombianos y también hay venezolanos que esperan entrar a su patria en estos momentos desde Colombia”.

Sobre el significado del encuentro, el obispo colombiano dijo: “vinimos a encontrarnos para dar un gesto, mostrar que es posible estar como hermanos, orar, compartir, discutir situaciones y para invitar a nuestros gobernantes a sentarse en un diálogo sereno y franco, un diálogo que no oculte las dificultades, un diálogo que fortalezca más bien, esos lazos históricos y de familia que nos unen”.

Desde ambos lados de la frontera los obispos con sus equipos de pastoral social, emprendieron un trabajando mancomunado para brindar  apoyo a los deportados, a las familias de los sectores más afectados, creando campañas de ayuda humanitaria con la cooperación de los sacerdotes y fieles de la zona fronteriza.

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