Nuevo llamado del Papa por Alfie: “El único dueño de la vida es Dios”

Nuevo llamado del Papa por Alfie: “El único dueño de la vida es Dios”

Durante la Audiencia general, Francisco rezó por el niño inglés; hoy por la mañana, se encontró con su padre Thomas Evans en Santa Marta. «Mamás y papás, enséñenle a sus hijos a persignarse». Al Banco Mundial pidió «promover la vida de los pobres»

«Quisiera insistir y confirmar que el único dueño de la vida, desde el inicio hasta el fin natural, es Dios. Es nuestro deber hacer todo lo posible para custodiar la vida». Al final de la Audiencia general de hoy, 18 de abril de 2018, el Papa Francisco lanzó un nuevo llamado desde la Plaza San Pedro a favor del pequeño Alfie Evans, el niño inglés de 23 meses que se encuentra hospitalizado en el Arder Hey Hospital de Liverpool debido a una enfermedad neurológico degenerativa y al que podrían “desconectar” según lo que han dispuesto los médicos ingleses.   Hoy por la mañana, alrededor de las 9, Francisco recibió en la Casa Santa Marta al papá de Alfie, Thomas Evans, que tiene poco más de veinte años, quien le informó sobre el caso de su hijo. El joven padre le pidió ayuda al Pontífice para impedir que desconecten el respirador artificial que mantiene con vida al niño. En uno de los perfiles en las redes sociales de Thomas, fueron publicadas un par de fotos, que documentan el encuentro, y el siguiente comentario: «Alfie, haremos cualquier cosa por ti. Tú no estás muriendo, por lo que no dejaremos que te quiten la vida. Santidad, salve a nuestro hijo». El papá del pequeño escribió también que «no ha dormido, no ha comido ni se puso la corbata ni estaba preparado» y que se subió ayer por la noche a un avión para «venir a Roma a encontrar al Papa».   Bergoglio, que el domingo pasado rezó por Alfie durante el Regina Coeli, y también por Vincent Lambert, un francés de 41 años que desde hace 10 se encuentra hospitalizado en Reims en estado de mínima conciencia, pidiendo «gran respeto por la vida», exhortó a los fieles que estaban presentes en la Plaza San Pedro a rezar en silencio «para que se respete la vida de todas las personas, especialmente de estos dos hermanos nuestros». Thomas Evans con el Papa Bergoglio en la Casa Santa Marta En su catequesis, que continúa con el ciclo dedicado al Bautismo, el Pontífice reflexionó sobre los más pequeños y sobre su educación a la fe, que se da desde la más tierna edad mediante gestos sencillos como persignarse. «¿Nuestros niños saben persignarse bien? Muchas veces he visto a niños que no lo saben hacer, y ustedes, papás, mamás, abuelas, abuelos, tienen que enseñarle a los niños a persignarse. ¡Es importante!», dijo.   Parece algo que damos por descontado, pero este gesto «es el distintivo que manifiesta quiénes somos: nuestro hablar, pensar, mirar, obrar está bajo el signo de la cruz, es decir bajo el amor de Jesús hasta el final».   Persignarse «cuando nos despertamos, antes de comer, frente a un peligro, como defensa contra el mal, por la noche antes de dormir, significa decirnos a nosotros mismos y a los demás a quién pertenecemos, quién queremos ser», insistió el Pontífice. «Y, como cuando entramos a la iglesia, podemos hacerlo también en la casa, guardando» en un pequeño recipiente adecuado «un poco de agua bendita: así, cada vez que volvamos o que salgamos, persignándonos con esa agua nos acordamos de que somos bautizados».   Durante la ceremonia bautismal, los niños reciben una señal en la frente, mientras «los catecúmenos adultos» la reciben el signo de la Cruz «en los sentidos», «en las orejas, para escuchar la voz del Señor», «en los ojos, para ver el esplendor del rostro de Dios», «en la boca, para responder a la palabra de Dios», «en el pecho, para que Cristo habite por medio de la fe en sus corazones», «en los hombros, para sostener el yugo suave de Cristo».   Somos cristianos en la medida en la que «la Cruz se imprima en nosotros como una marca “pascual”, haciendo visible, también exteriormente, la manera cristiana de afrontar la vida», recordó el obispo de Roma. «Claro –añadió–, volverse cristianos es un don que proviene desde lo alto. La fe no se puede comprar, pero sí pedir, y sí recibir como don. “Señor, regálame el don de la Fe”, es una bella oración, se puede pedir, no se puede comprar».   De hecho, el «Bautismo es el sacramento de esa fe, con la que los hombres, iluminados por la gracia del Espíritu Santo, responden al Evangelio de Cristo». Este «suscita una dinámica espiritual que atraviesa toda la vida de los creyentes»: es «la puesta en marcha de un proceso que permite vivir unidos a Cristo en la Iglesia».   «El Bautismo enciende la vocación personal a vivir como cristianos, que se desarrollará en toda la vida. E implica una respuesta personal y no prestada, con un “copia y pega”», continuó Francisco. La vida cristiana es esta: «una serie de llamadas y de respuestas», con Dios que «sigue pronunciando nuestro nombre durante los años, haciendo que resuene de mil maneras su llamado» a volvernos como su Hijo Jesús.   «Entonces, ¡es importante el nombre!», exclamó Francisco, «es muy importante», porque «indica la identidad de una persona», «saca del anonimato». «El anónimo es quien no tiene un nombre. Sin nombre nos quedamos como desconocidos, sin derechos ni deberes. Dios llama a cada uno por su nombre, amándonos singularmente, en la concreción de nuestra historia», acotó Bergoglio.   «Los padres –dijo– piensan en qué nombre darán al hijo desde antes del nacimiento: también esto forma parte de esperar a un hijo que, en el nombre propio, tendrá su identidad original, también para la vida cristiana vinculada a Dios».   Al final de la catequesis, el Pontífice invitó a «volver a la fuente de la vida cristiana», porque «nos lleva a comprender mejor el don recibido el día de nuestro Bautismo, y a renovar el compromiso de corresponderle en la condición en la que hoy nos encontremos». «Renovar el compromiso –insistió–, comprender mejor este don que es el Bautismo, recordar el día de nuestro Bautismo; el miércoles pasado les pedí que hicieran su tarea y que descubrieran el día de su Bautismo. Quien no lo haya hecho, que lo haga, porque es un renacimiento y es como si fuera un segundo cumpleaños».    Durante los saludos, el Papa recordó que el próximo sábado se llevarán a cabo en Washington las Reuniones de primavera del Banco Mundial, por lo que animó «los esfuerzos que, mediante la inclusión financiera, tratan de promover la vida de los más pobres, haciendo un auténtico desarrollo integral y que respete la dignidad humana».

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