"Una noche para no olvidar": música, la voz de Elena Roger y la memoria de los sobrevivientes de la Shoá

El Museo del Holocausto presentó en el Centro Cultural Kirchner su remodelación edilicia y hubo un llamado a la memoria colectiva

Fue realmente "una noche para no olvidar", tal como estuvo convocada por los organizadores del Museo del Holocausto. Una noche cargada de emociones y recuerdos. Una cita con la memoria, la música, la magia de Elena Roger y el testimonio vivo de los sobrevivientes de la Shoá.

Así fue el acto conmemorativo del Museo del Holocausto que se realizó anoche en el Centro Cultural Kirchner para presentar la remodelación del edificio del museo. Prevaleció un clima de reflexión con más de 1.500 personalidades de todo el arco político, la cultura y el empresariado que se reunieron para honrar a todos aquellos hombres y mujeres que perdieron sus vidas bajo el régimen nazi y también a aquellos que lograron escapar del horror.

Marcelo Mindlin, director del Museo del Holocausto, recordó aquellas palabras de Primo Levi -otro sobreviviente de la Shoá- quien escribió que "si comprender es imposible, conocer es necesario". Así, Mindlin instó a "no bajar los brazos contra el odio y la inferencia".

También estuvieron presentes en el Centro Cultural Kirchner un grupo de sobrevivientes de holocausto que con sus testimonios dejaron emotivos mensajes de esperanza, dolor y un grito final de "Nunca más", reiterado a viva voz por una de las mujeres que escapó del horror del nazismo.

La noche para no olvidar se coronó con la magnífica e inconfundible voz de Elena Roger que estuvo acompañada por el Ensamble Sinfónico XXI dirigido por Ezequiel Martín Silberstein. También se sumó al show Raúl Lavié y en ese imponente teatro colmado por más de 1.500 personas el Museo del Holocausto, que nació en Buenos Aires en 1994, lanzó anoche su programa de remodelación edilicia.

En rigor, esa fue casi una excusa, para transitar una noche de magia, recuerdos y memoria inalterable.

La reconocida cantante, actriz y bailarina se ganó el cariño de todo el público con sus homenajes a Edith Piaf, aquel No llores por mi argentina y el final a toda orquesta con el Himno Patrisiano al que se sumaron varios coros de la comunidad judía.

Los mensajes de los sobrevivientes de la Shoá que estaban presentes y el llamado de Mindlin a "no bajar los brazos contra el odio y la intolerancia" fueron un grito en una noche para no olvidar. Una convocatoria del Museo del Holocausto para no olvidar el horror de la barbarie nazi y la necesidad de revalorizar las democracias.

El presidente Mauricio Macri no estuvo presente pero envió una breve carta con un saludo especial a las autoridades del Holocausto. Estuvieron presentes buena parte de los funcionarios del Gobierno como el secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj, el secretario de Medio Ambiente el rabino Bergman, el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi y el secretario de Educación Alejandro Finochiaro. Aunque también estaban presentes el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y referentes de la oposición como Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey, Diego Bossio, y Miguel Angel Pichetto, entre otros.

El proyecto de remodelación del edificio del Museo del Holocausto fue cedido por el Estado argentino en 1999 y construido en 1915 por el arquitecto italiano Juan Chiogna con un estilo romántico lombardo florentino diseñado.

Sergio Massa, Marcelo Midlin Presidente del Museo del Holocausto y Horacio Rodríguez Larreta

"Vamos a presentar el proyecto de la renovación total de las instalaciones del Museo del Holocausto que comenzamos en abril de 2017 y estimamos tener terminado a fines de 2019. El Museo del Holocausto está destinado a mantener viva la memoria de la Shoá y a difundir, informar y educar acerca de lo ocurrido durante el genocidio del pueblo judío a la sociedad argentina", dijo Mindlin.

Al finalizar la remodelación integral, el edificio contará con una superficie total de 3154 m2, con una incorporación de 988 m2 antes en desuso. La muestra principal contará con 780 m2, las oficinas del Museo tendrán 594 m2 y 563 m2 serán cedidos en comodato gratuito a la fundación Tzedaká.

"Esta renovación es un hecho histórico para la Ciudad de Buenos Aires no solo porque el Museo forma parte del patrimonio de la Ciudad, sino que también es una institución central para la construcción de la memoria sobre el rol fundamental que tuvo la Argentina luego del Holocausto", aseguró el presidente del Museo.

La nueva muestra abarcará desde los procesos bélicos, políticos y sociales a nivel general hasta las historias singulares de sus protagonistas, con especial énfasis en los puntos de contacto del Holocausto con la Argentina. Para ello, contará con dispositivos tecnológicos capaces de poner a disposición de los visitantes grandes cantidades de información.Con salas específicas para la exposición y conservación de materiales museológicos, se le dará un lugar de relevancia social a un patrimonio de más de 5.500 objetos originales, 5.800 libros y 770 videos.

Sergio Bergman y Miguel Ángel Pichetto

La muestra temporaria actual "Reflexiones sobre la Shoá" funciona en el Seminario Rabínico Latinoamericano (José Hernández 1750) y presenta la historia del Holocausto, sus causas, sus procesos y los dilemas que la rodean. Esta exhibición busca que cada visitante pueda verse reflejado en las decisiones humanas dentro de una historia viva.

Entre el año 2000 y el 2017 por el Museo del Holocausto pasaron 320.000 personas; 24.000 educadores recibieron capacitaciones; hubo 17.727 visitantes en la Noche de los Museos; 12.500 miembros de las fuerzas de seguridad participaron de actividades; 8.500 jóvenes participaron de acciones educativas y 6.500 personas asistieron al ciclo de cine. También fueron publicadas 39 ediciones de la revista Nuestra Memoria y más de 120 libros sobre la temática fueron presentados por sus autores.

Todo esto forma parte de aquella idea de Jorge Luis Borges que decía: "Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos".

La de anoche fue una verdadera noche para no olvidar. En el grito final del "nunca más, nunca más", elevado por una de las sobrevivientes del holocausto que se abrazó a Elena Roger quedó plasmada la necesidad imperiosa de recordar por siempre. Y qué mejor símbolo del recuerdo y del no olvido que un Museo del Holocausto.

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