Ningún pueblo ni religión es terrorista, dice el Papa Francisco

Ningún pueblo ni religión es terrorista, dice el Papa Francisco

Ante cerca de 5.000 participantes del tercer encuentro mundial de Movimientos Populares, clausurado en Roma, el Papa Francisco rechazó la existencia de un terrorismo religioso. “Ningún pueblo, ninguna religión es terrorista”, indicó el Santo Padre.

Por Miguel Pérez Pichel

“Es cierto –dijo–, que hay pequeños grupos fundamentalistas en todos lados. Pero el terrorismo empieza cuando has desechado la maravilla de la creación, el hombre y la mujer, y has puesto allí el dinero”.

“Hay un terrorismo de base que emana del control global del dinero sobre la tierra y atenta contra la humanidad entera. De ese terrorismo básico se alimentan los terrorismos derivados como el narcoterrorismo, el terrorismo de estado y lo que erróneamente algunos llaman terrorismo étnico o religioso”. El sistema injusto que favorece esos movimientos, “ese sistema es terrorista”, indicó.

El Papa denunció “el colonialismo ideológico globalizante” que “procura imponer recetas supraculturales que no respetan la identidad de los Pueblos”. Frente a ello, alabó el trabajo de los Movimientos Populares que buscan resaltar la importancia del ser humano en la sociedad. En este sentido, advirtió que “hay fuerzas poderosas que pueden neutralizar este proceso de maduración de un cambio que sea capaz de desplazar la primacía del dinero y coloque nuevamente en el centro al ser humano”.

Esas fuerzas poderosas, señaló Francisco, se mueven por el dinero. “¿Quién gobierna entonces?”, cuestionó el Santo Padre. “El dinero. ¿Cómo gobierna? Con el látigo del miedo, de la inequidad, de la violencia económica, social, cultural y militar que engendra más y más violencia en una espiral descendente que parece no acabar jamás. ¡Cuánto dolor, cuánto miedo!”.

Francisco advirtió contra el miedo y la tentación de construir muros como forma de combatirlo. “Ninguna tiranía se sostiene sin explotar nuestros miedos. De ahí que toda tiranía sea terrorista. Y cuando ese terror, que se sembró en las periferias con masacres, saqueos, opresión e injusticia, explota en los centros con distintas formas de violencia, incluso con atentados odiosos y cobardes, los ciudadanos que aún conservan algunos derechos son tentados con la falsa seguridad de los muros físicos o sociales”.

“Muros que encierran a unos y destierran a otros. Ciudadanos amurallados, aterrorizados, de un lado; excluidos, desterrados, más aterrorizados todavía, del otro. ¿Es esa la vida que nuestro Padre Dios quiere para sus hijos?”.

“El miedo es un buen negocio para los mercaderes de armas y muerte”, resaltó, y “nos debilita, nos desequilibra, destruye nuestras defensas psicológicas y espirituales, nos anestesia frente al sufrimiento ajeno y al final nos hace crueles”.

El Papa señaló que “cuando escuchamos que se festeja la muerte de un joven que tal vez erró el camino, cuando vemos que se prefiere la guerra a la paz, cuando vemos que se generaliza la xenofobia, cuando constatamos que ganan terreno las propuestas intolerantes; detrás de esa crueldad que parece masificarse está el frío aliento del miedo”.

Para el Santo Padre, “la misericordia es el mejor antídoto contra el miedo. Es mucho mejor que los antidepresivos y los ansiolíticos. Mucho más eficaz que los muros, las rejas, las alarmas y las armas. Y es gratis: es un don de Dios”.

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