El lunes por la mañana se informaba que Netanyahu considera renunciar a la mayor parte de sus demandas y los planes, para consentir la mayoría de las condiciones americanas para el nuevo paquete de ayuda. Esto incluye la eliminación gradual de los gastos de Israel, de hasta el 40 por ciento de la ayuda estadounidense, en las compras de los contratistas de defensa de Israel y para el combustible.

"Israel da mucha importancia a su capacidad para planificar y tener la certeza en cuanto a la ayuda militar que recibe de los EE.UU., así como el respeto de los acuerdos bilaterales," declaró la oficina del Primer Ministro.

Las negociaciones entre los Estados Unidos e Israel, sobre el paquete de ayuda para la próxima década, se iniciaron en noviembre del año pasado. Después de unas cuantas conversaciones encallaron en mayo. Los estadounidenses dejaron claro que su oferta era final y que dependía de Israel si firmar mientras que Barack Obama se encuentra todavía en la presidencia, o esperar al próximo presidente asumirá el cargo en enero de 2017.

Nagel ha celebrado videoconferencias con Rice y Yael Lempert, que dirige la oficina de Israel en la Casa Blanca, durante las últimas semanas para tratar de resolver los desacuerdos restantes y la reunión en la Casa Blanca es aparentemente para ultimar detalles. El lunes pasado Netanyahu dijo al Knesset que esperaba que el acuerdo pudiera ser completado dentro de unas pocas semanas. Ese día el ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, dijo en una reunión del Comité de Asuntos Exteriores y Defensa de la Knéset que creía que el acuerdo podría cerrarse cerca de Rosh Hashaná, que, este año, cae el 2 de octubre.

De acuerdo con funcionarios de alto nivel en Jerusalem, Netanyahu ha aceptado la demanda estadounidense para cambiar el acuerdo de Israel firmó con Estados Unidos en la década de 1980, que permitía al Ministerio de Defensa y el ejército a gastar cerca de un 40% de la ayuda anual de Estados Unidos en off-shore de adquisiciones, es decir, las compras en Israel, así como la compra de combustible. Los estadounidenses dijeron que la disposición actual ya no sirve a los intereses de ambos países y que es una manera ineficaz de utilizar los fondos.

Según el acuerdo que Israel y Estados Unidos firmaron en 2007, que expira en 2018, Israel recibe una ayuda militar de alrededor de $ 3 mil millones al año. Israel puede gastar el 26% de esta suma, o alrededor de $ 800 millones al año, en las compras, en siclos, de las industrias de defensa israelíes. Por otra parte, de acuerdo con funcionarios de alto rango de Estados Unidos, Israel pasó alrededor de un 13% de la ayuda anual estadounidense en los últimos años, o alrededor de $ 400 millones, para la compra de combustible para las Fuerzas de Defensa de Israel, en particular de combustible para los aviones. Israel es el único país del mundo que tiene la autorización para utilizar la ayuda estadounidense para estas dos necesidades.