Por JOHN BURGER

Es posible que las iglesias hayan sido los lugares más seguros de Francia durante el periodo navideño. Tan sólo después de mes y medio desde los ataques terroristas en París, el día de Noche Buena y el de Navidad han reunido a casi 120.000 policías, gendarmes y soldados alrededor de los centros de culto cristianos.

Pero en una localidad al norte de Francia, una iglesia católica ha recibido una protección adicional gracias al gesto de buena voluntad por parte de la comunidad musulmana local.

Una docena de musulmanes acudió a proteger simbólicamente la iglesia de la ciudad de Lens, departamento de Paso de Calais, durante la Misa del Gallo del jueves, según informó el diario Le Figaro.

La decisión se produjo después de que el Ministro de Interior francés emitiera avisos para establecer una “vigilancia especial” durante la Misa de Navidad, según PressTV.

“Es muy común que los musulmanes respeten otras religiones y [éste] es un gesto enérgico que honra a todos los musulmanes mostrando que apoyan a sus conciudadanos” después de los ataques en París, declaró Abdelkader Aoussedj, presidente de la Federación de Asociaciones Musulmanas del Norte-Paso de Calais. La iniciativa tenía como finalidad “ofrecer una imagen diferente de los musulmanes”.

“Nos hubiera gustado que el acto se hubiera repetido por todas partes, en especial en este momento en que los musulmanes están estigmatizados”, afirmó Aoussedj. “Así es el verdadero Islam, no tiene nada que ver con esos locos, esas manzanas podridas”.

Unos 200 fieles acudieron a la misa. El pastor mostró su agradecimiento por el gesto obsequiando a los representantes musulmanes con una “Luz de Belén”.

“Es un enorme placer recibir hoy esta luz por la paz”, expresó frente a la congregación un representante del grupo islámico. “El Islam es también una religión que llama a la paz”.

“Son nuestros hermanos. Y como hermanos, no hay razón para no compartir esta luz con ellos. Tenemos mucho en común y muy pocas diferencias”, afirmaba un parroquiano.

Sin embargo, no todo el mundo se mostró tan alegre.

Robert Ménard, alcalde de Béziers, una localidad al sur de Francia, ante un gesto similar en la ciudad, comentó: “¿Desde cuándo los pirómanos protegen del fuego?”.