Multitudinaria misa de acción de gracias por la beatificación de la Madre Catalina

Multitudinaria misa de acción de gracias por la beatificación de la Madre Catalina

La catedral de Córdoba se colmó de fieles hoy, domingo 26 de noviembre, durante la celebración de la misa presidida por el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Ñáñez, en acción de gracias por la beatificación de la Madre Catalina.

Una multitud de fieles colmó esta mañana la catedral de Córdoba durante la celebración de la misa de acción de gracias por la beatificación de la Madre Catalina de María Rodríguez, fundadora de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, que fue declarada beata ayer, 25 de noviembre, por el enviado del Papa y Prefecto para la Causa de los Santos, cardenal Ángelo Amato, en el centro de la ciudad de Córdoba. 

“El Señor nos ha regalado a la Madre Catalina como intercesora ante Él y como modelo para todos nosotros”, aseguró el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Ñáñez, en la homilía y animó a “acoger en nuestros corazones esta gracia y sentirnos desafiados a seguir las huellas de esta discípula misionera de Jesús, contando con la ayuda de su valiosa intercesión”. 

En el marco de la solemnidad de Cristo Rey que la Iglesia celebró hoy, el prelado cordobés señaló que “la Madre Catalina colabora en la construcción del Reino de su querido ‘Amo’ -como cariñosamente designa a Jesús- también desde la entrega abnegada y generosa y desde el servicio sencillo y humilde, discerniendo en todo momento el proyecto amoroso de Dios y abrazándose a él con fidelidad constante”. 

Reparar por el amor 

Monseñor Ñáñez recordó que la beata amó y sirvió a Dios de modo privilegiado en “sus hermanos, especialmente los más frágiles y alejados. En ellos reconoció la presencia de su ‘Amo’”. Y agregó: “En un mundo atravesado por el dolor y el sufrimiento, consecuencias del pecado, la Madre Catalina experimentó también la invitación a practicar la reparación”. 

La Madre Catalina “nos deja ese testimonio vivo y esa enseñanza invitándonos a seguir sus huellas y animarnos a asociarnos a la tarea de reparar por el amor y sus obras todas las consecuencias del desamor y del pecado en el mundo. 

Santo Cura Brochero y la beata Madre Catalina 

“Catalina fue amiga y colaboradora de san José Gabriel del Rosario Brochero”, explicó el arzobispo. “Brochero y Catalina intuyeron, además, la enorme importancia de la educación para la promoción de las personas, particularmente de la mujer y, mediante una acción conjunta, llevaron adelante la obra pionera de un colegio para niñas en la Villa del Tránsito, que era una novedad para la Argentina que estaba organizándose como nación”, contó. 

Detalló que la obra educativa de la Madre Catalina se fue expandiendo en diversos lugares del país y de otros países hermanos. “Catalina percibió con claridad que la educación libera a las personas de la ignorancia, que es condición propicia para reducir a las personas a la deshonra de la esclavitud, las promueve de verdad y las plenifica ofreciéndoles horizontes de realización que van más allá de la peregrinación terrena y que culminan en la participación de un banquete, el del Reino, que no tiene ocaso y que da pleno sentido a nuestra existencia”, expresó. 

Sínodo Arquidiocesano de Córdoba 

Con motivo del próximo Sínodo que celebrará la arquidiócesis de Córdoba aseveró que la canonización de san José Gabriel del Rosario Brochero y la beatificación de Madre Catalina, como anteriormente la de la beata María del Tránsito Cabanillas “son un llamado que el Señor en su Providencia nos hace a todos los cordobeses a tender decididamente a la santidad que hace nuestra vida más humana, más digna y más plena, y que es una invitación a sentir vivamente el deseo de dar a conocer con alegría y a través de nuestra palabra y nuestras obras a Jesús, que es el mejor regalo que puede recibir una persona”. 

La Madre Catalina se parte para llegar a corazones de diversas partes del mundo 

Antes de concluir la celebración, la hermana María Silvia Fiorentino ECJ, madre general de las Esclavas del Corazón de Jesús, explicó que “el espíritu catalino quiere salir de las fronteras de la arquidiócesis de Córdoba y llegar a todos lados”. Para ello, junto con el arzobispo, hizo entrega de una reliquia a representantes de las diversas comunidades en las que están presente la congregación en la Argentina, Chile, España y África. 

“Ojalá su sueño de ir como ángeles de Dios por el mundo pueda ser hoy un signo y mañana una realidad más concreta”, agregó y continuó: “El Señor quiere hoy, a través de la Madre Catalina, llegar a todos los puntos del mundo donde nosotros estamos. Y vamos aponer estas reliquias en un lugar digno de culto en las capillas, las iglesias, para la veneración”. 

Finalmente, la hermana pidió dar a conocer a la beata con “prudencia” hasta lograr su canonización. “Vamos a venerarla para que salga de aquí y se parta como el pan como lo hizo en su vida y llegue al corazón de cada uno. Muchas gracias catalina”, concluyó. 

Luego, la hermana Marita Barrionuevo ECJ, vicepostuladora de la causa de beatificación; agradeció a quienes trabajaron en la organización de la celebración. Monseñor Ñáñez adhirió a este reconocimiento y resaltó que la beatificación fue “realmente una fiesta”. Destacó la presencia de los cordobeses, de los argentinos venidos de todas partes, de los hermanos de España, de Chile, de África, de la Isla de Pascua y de los hermanos Wichi. 

Para terminar, el prelado invitó: “Tenemos que sentir que la bendición de la misa es un envío a misionar fundamentalmente con nuestra vida. También con nuestra palabra tenemos que confiar que el Señor y su espíritu que están con nosotros por el bautismo y la confirmación”

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