Hoy la fe de muchos creyentes, aunque llena de erudición, está dormida

Hoy la fe de muchos creyentes, aunque llena de erudición, está dormida

¨Hoy la fe de muchos creyentes, aún sacerdotes y religiosas, está fría, muchas veces llena de erudición pero dormida, incapaz de transformar la vida y de llenar de gozo el corazón. Esto se debe a la falta de intimidad y oración con el Señor, esa relación íntima, profunda y personal, alimentada por la fe, es la que nos hace vivir la certeza de que Cristo vive¨, aseveró el obispo de Puerto Iguazú, Mons. Marcelo Raúl Martorell.

"Hoy la fe de muchos creyentes, aún sacerdotes y religiosas, está fría, casi dormida, muchas veces llena de erudición, pero dormida, incapaz de transformar la vida y de llenar de gozo el corazón. Esto se debe a la falta de intimidad y oración con el Señor, esa relación íntima profunda y personal, alimentada por la fe, es la que nos hace vivir la certeza de que Cristo vive". 

Lo afirmó el obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, al reflexionar sobre el pasaje del Evangelio en el que Jesús, bajo las apariencias de un caminante, se junta con dos discípulos que se dirigen a Emaús hablando de los hechos sucedidos en Jerusalén el viernes anterior, de cómo habían crucificado a Jesús y le habían dado muerte. Ellos no le reconocen, lo ven como un simple caminante que ni siquiera se enteró de lo que había pasado, y como hace todo el mundo que anda por los caminos, se ponen a conversar con él. 

Ellos no lo reconocen por creer que todo había terminado para siempre, habían creído en Jesús, profeta grande en obras y palabras ante Dios y ante el pueblo. Pero su condena a muerte y su crucifixión los había desilusionado: “Nosotros esperábamos que él sería quien rescataría a Israel, pero ya van tres días desde que esto sucedió”. 

¡No se dan cuenta que Jesús está a su lado caminando con ellos! La idea de un Jesús político que habría asegurado la prosperidad a Israel les ha impedido reconocer al Salvador prometido. ¿Cómo esperar salvación de quien ha muerto colgado de un madero? Jesús les explica las escrituras y lo que los profetas y las dijeron del Mesías, pero ellos siguen sin reconocerlo. Quién no cree en la resurrección del Señor no puede aceptar el misterio de su muerte redentora. 

De hecho muchos de nosotros -dijo monseñor Martorell- podemos caminar con Jesús a nuestro lado y no reconocerlo; muchos podemos tener un conocimiento erudito de las escrituras y de los aspectos profundos de la teología, pero no reconocer al Señor. Si la fe no nos ilumina interiormente, nada podemos hacer, por eso clamamos con los Apóstoles: Señor, acrecienta nuestra fe". 

Por último el obispo de Puerto Iguazú manifestó que "hoy la fe de muchos creyentes, aún sacerdotes y religiosas, está fría, casi dormida, muchas veces llena de erudición, pero dormida incapaz de transformar la vida y de llenar de gozo el corazón. Esto se debe a la falta de intimidad y oración con el Señor, esa relación íntima profunda y personal, alimentada por la fe, es la que nos hace vivir la certeza de que Cristo vive".

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