Monseñor Tscherrig puso fin a su visita a Formosa

Monseñor Tscherrig puso fin a su visita a Formosa

El nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig, quien culminó su visita a la provincia, instó a los formoseños a cumplir con la voluntad divina de practicar el amor, la caridad y la misericordia hacia todos y todo lo creado , señalando que la base...

El nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig, quien culminó su visita a la provincia, instó a los formoseños a cumplir con la voluntad divina de  practicar el amor, la caridad y la misericordia hacia todos y todo lo creado , señalando que la base de esta obediencia es la humildad ya que con ella “ reconocemos y aceptamos nuestros límites ante el infinito amor y la infinita generosidad y grandeza de Dios”.

Aquí mantuvo un encuentro con el gobernador Gildo Insfrán y sus colaboradores luego de ser recibido en el acceso a la sede del Poder Ejecutivo por el jefe de Gabinete de ministros, doctor Antonio Emérito Ferreira y los efectivos de la Guardia de Honor “Comandante Fontana” cuya jefatura ejerce el comisario inspector Jorge Lesme.

El representante papal expresó que en la humildad se imita a María y aseveró que la persona humilde tiene el corazón abierto que permite a Dios hacer cosas grandes.

“El Papa Francisco dice- añadió- que en María vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes  que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes”.

Dijo que Cristo mismo, hijo de Dios, se humilló hasta la cruz y que la felicidad última consiste, por tanto, en la comunión con la santísima trinidad, por el Dios, amor y misericordia en el cual todos los sueños se cumplirán y la alegría se hará completa.

En tal sentido, afirma que en este mundo, en medio de angustias y preocupaciones, el ser humano no debe sentirse solo porque, tal como lo creía María, el amor de Dios es de tal dimensión que nunca lo habrá de abandonar.

“Su misericordia es nuestro escudo y su perdón nuestra medicina”, remarcó.

Monseñor Emil Paul Tscherrig, impartió la bendición papal al pueblo formoseño durante la misa que concelebró con el obispo local José Conejero Gallego en la culminación de los actos religiosos por la celebración del Día de la Virgen del Carmen que congregó a una verdadera multitud.

Al mismo tiempo pidió que se rece permanentemente para fortalecer “su maravillosa misión a favor de la paz del mundo”.

Tscherrig se reunió con jóvenes, visitó a enfermos en los hospitales e inauguró el Hogar “Papa Francisco” para alojar a las familias humildes que lleguen desde el interior a hacer trámites en esta capital.

El nuncio refirió que “Jesús usa la visita de su familia no para negar los vínculos familiares naturales sino para afirmar la primacía d elos vínculos deliberadamente elegidos en la nueva comunidad de Jesús”.

Manifestó que “ su misión fue reunir a los hijos de Dios en una nueva familia”, para precisar que “ los hijos de Dios son aquellos que hacen la voluntad del Padre, es decir que obedecen a Dios y actúan de acuerdo con su fe”.

Monseñor Tscherrig indicó, luego, que hacer la voluntad de otro u obedecer a Dios se presenta como “el desafío a nuestra propia libertad”, aclarando que “ el hombre libre es aquel que hace su propia voluntad, que manifiesta su grandeza y orgullo proclamando su independencia y absoluta voluntad de hacer lo que quiere”.

“Se siente arquitecto de su propio destino, se siente inteligente y fuerte y cree que el progreso podrá solucionar todos los problemas de la humanidad “, subraya.

Aquí hizo referencia al salmo octavo que hace referencia a dichha grandeza cuando exclama “Hiciste al hombre poco inferior a los ángeles, lo  coronaste de gloria y esplendor”, aunque aclaró que la grandeza del hombre viene de Dios porque cada persona es su imagen.

“Para ser imagen y semejanza a Dios-añadió- hace falta hace falta que nos asimilemos a su voluntad o al plan que El tiene para nosotros y por eso el hombre realiza su felicidad plenamente cuando vive como imagen de su Creador y haciendo su voluntad” que, según lo expresa el nuncio, se resume en los dos mandamientos: amar a Dios de todo corazón y amar al prójimo como a sí mismo”.

Precisó que la voluntad de Dios es practicar el amor, la caridad y la misericordia hacia todos y todo lo creado y que la base de esta obedieencia es la humildad ya que con ella “ reconocemos y aceptamos nuestros límites ante el infinito amor y la infinita generosidad y grandeza de Dios”.

El representante papal expresó que en la humildad se imita a María y aseveró que la persona humilde tiene el corazón abierto que permite a Dios hacer cosas grandes.

“El Papa Francisco dice- añadió- que en María vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes  que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes”.

Dijo que Cristo mismo , hijo de Dios, se humilló hasta la cruz y que la felicidad última consiste, por tanto, en la comunión con la santísima trinidad, por el Dios, amor y misericordia en el cual todos los sueños se cumplirán y la alegría se hará completa.

En tal sentido, afirma que en este mundo, en medio de angustias y opreocupaciones, el ser humano no debe sentirse solo porque, tal como lo creía María, el amor de Dios es de tal dimensión que nunca lo habrá de abandonar.

“Su misericordia es nuestro escudo y su perdón nuestra medicina”, remarcó.

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