Monseñor Mestre: “Jamás la Iglesia va a decir a quien hay que votar”

Monseñor Mestre: “Jamás la Iglesia va a decir a quien hay que votar”

En un extenso mano a mano el nuevo Obispo designado por el Papa Francisco para la ciudad de Mar del Plata, Monseñor Gabriel Mestre se explayó sobre los temas más sensibles de nuestra sociedad. La desigualdad social, la pobreza, la trata de blancas son algunas de las  problemáticas que más lo preocupan.

 

Sentado en un cómodo pero sencillo espacio dentro de la secretaría de la Catedral, el actual Presbítero Gabriel Mestre, recientemente designado Obispo, recibió al equipo de “el Retrato… Con aire sereno pero firme, contestó aún las preguntas más incómodas, de manera cordial y directa. Dueño de un estilo conciliador y ameno, se lo vio algo cansado: “El trajín de los últimos días” diría, lo llevó de reunión en reunión y de presentación en presentación. Hombre de palabras medidas y pensadas, afirmó seguir en la línea del Papa Francisco durante su gestión.

- Un poco sorprendido por el hecho de ser el primer obispo marplatense para Mar del Plata.

– Si, la sorpresa es esa porque no era lo habitual. No porque estuviera prohibido que un sacerdote de un lugar fuera Obispo de la misma diócesis. Fue una sorpresa grata porque Dios elige a través de la voluntad del Papa, para los que tenemos fe católica esto es así. Y me pide pastorear a los cristianos católicos, abierto a la sociedad civil para ayudar a construir una patria más justa y más fraterna, que es lo que marca la iglesia  particular de Mar del Plata. Así que lo recibo con sorpresa, con alegría y confiando en la fuerza de Dios para hacer  una tarea como El lo requiere. Soy un hombre débil y pecador como cualquier ser humano de esta tierra, que tiene que cumplir una función visible y muy fuerte para el ámbito católico.

- Daba la sensación que el actual obispo Monseñor Marino no estaba tan cerca de la gente como lo estuvo Monseñor Puigari y hoy lo que se le reclama a la iglesia es mayor presencia en la calle, en la sociedad…

- ¿Esto es así?En esto hay características personales en el ejercicio de gobierno. Así como pasa a nivel secular, pasa en el ámbito eclesiástico también. Hay personas que tienen talentos para un aspecto y otras para otro. Entonces la totalidad del servicio de un párroco o de un obispo, de manera concreta, se juega en diversos ámbitos. Algunos son más visibles y otros son menos visibles. Hay personas que tienen características para una tarea que por ahí no se ve tanto. Y hay personas más visibles, En el caso concreto de Monseñor Marino, su fuerte tiene que ver con la preparación intelectual. Siempre fue un gran profesor, un excelente y eximio teólogo y con un trabajo muy fuerte en lo que ha sido el acompañamiento espiritual en la tarea formativa de los futuros sacerdotes. Monseñor Puigari tal vez tuvo características diferentes relacionadas a la cuestión del trato directo con muchas personas y por eso quizá hay un recuerdo más fuerte en esa línea. Yo trataré de equilibrar todas las patas y tratar de responder en este estilo de Francisco…

- La sociedad de Mar del Plata parece esperar una renovación de su parte ¿En qué va a consistir el ejercicio de su gestión?

- Pretendo una iglesia cercana, con su obispo a la cabeza como padre, hermano y amigo. Buscar responder a las necesidades de cada uno y con un lema que manejaré que es el de Cristo es nuestra paz. Solo en Cristo podemos encontrar la paz que da  sentido a nuestra vida. Y cercanía, compromiso, colaboración en lo que el Papa llama la cultura del encuentro. La función será generar esa cultura para solucionar los problemas.

- ¿Cómo ve el tema de la relación con otras religiones y qué le preocupa de los temas que hacen hoy a la ciudad?

- Creo que el aporte más importante de todas las religiones es el tema de la paz. La iglesia católica tiene que colaborar en la consecución del bien común y tener palabra y compromiso concreto con lo que tiene que ver con los flagelos de la ciudad. Pienso en el tema de la droga, que atraviesa todo el tejido social. Pienso en la cuestión de la desocupación, las igualdades de condiciones para todos y en la dinámica de la cuestión de seguridad/inseguridad que nos pega fuerte. Ahí, todas las religiones y la Iglesia católica tienen que hacer su aporte concreto por el bien común.

- ¿Cuál sería la más importante?

- Las tres están combinadas. No tengo la capacidad de un analista político pero creo que se tocan las tres en algún punto. Por eso la respuesta de la iglesia en cada servicio, busca encontrar respuestas para estas tres. Hay una pastoral de la droga dependencia, hay una pastoral social para las otras cuestiones y para cada pastoral diocesana y de base para cada capilla y para cada parroquia buscamos responder dentro de lo posible. Siempre se puede hacer más, y eso será mi función…

- ¿Cómo ve el tema de la trata de blancas?

- Creo que es un tema fuerte relacionado con una gran complejidad y desde la perspectiva de la justicia humana se ha empezado a encarar bien. Pero sigue habiendo personas desaparecidas. Esto es preocupante. Cada tanto vienen personas relacionadas con eso y con la violencia de género. Creo que la iglesia tiene un compromiso con eso. Yo he celebrado alguna misa para algunas personas que han tenido este tipo de situaciones. Incluso alguna vez con una travesti que estaba atravesando este tipo de situación. Desde la Iglesia es una preocupación grande. Pero la trata, la violencia, la discriminación de las minorías, son preocupaciones que tienen que estar en el corazón de la Iglesia. Desde la Iglesia, tenemos que mantener los programas formativos en la línea de la difusión. En las homilías tratar de conectar el compromiso del cristiano con estas realidades. El hombre de la esquina desamparado, la víctima de alguna situación social, si bien no soy el responsable directo, soy el responsable remoto. Y la respuesta que puedo dar me compromete. Ahí hay una tarea que sacerdotes y obispos debemos mantener.

- ¿Queda mucho por hacer?

- Nunca se termina. Me toca a mi despertar a los cristianos católicos y colaborar con los que no lo son, en todos los temas. Y me toca introducir los temas que no están tan metidos en la agenda. Como cuando Bergoglio celebraba las misas en Constitución o como cuando Marino me autorizó a celebrar misas en las ferroautomotoras por las personas fallecidas en situación de calle. Desde la fe, rezamos por los fallecidos, por los cristianos que laburan por estas tareas y en tercer lugar le pedimos a nuestras autoridades, que tengan en cuenta estas realidades y tantas otras.

- ¿Cómo se concientiza al que más tiene para que entienda que hay otro desprotegido?

- En esto, la política de la iglesia desde 1893 con León XIII está clara la línea del equilibrio, que se limita al Capitalismo Salvaje mencionado luego por Juan Pablo II. Benedicto y Francisco han tomado este tema con claridad y en el tema de la redistribución de la riqueza, hay un límite discursivo. Donde hay que plantearlo. La jornada de la pastoral social es una experiencia donde se plantea y se ejecuta de manera cotidiana en las diferentes bases, además de concientizar al católico que tiene que tener sus empelados en blanco. Y después en el dialogo. Creo que el aporte va en la línea de la cultura del encuentro. Acercar los sectores. Donde la iglesia que no tiene interés político partidario, puede colaborar con espacios de acercamiento, creando espacios de diálogo. Como en el 2001, cuando la Iglesia tuvo un papel preponderante en relación al dialogo. No le corresponde ser el espacio técnico de solución. Eso es dentro del marco político. Pero sí ayudar desde el lugar. La situación de Mar del Plata es compleja, viene de hace años y se hace agudo cuando se ve la realidad de calle. Ayer estuve en santa Rita y en el barrio de las hermanas de la Caridad. La realidad es compleja y nos preocupa

- Año electoral y aparece usted para ser el pastor de la ciudad ¿Siente el peso

- Si, siento el peso. Esta explosión de cariño que se ha generalizado. Debe haber gente que no me quiere, pero un poco me he asustado. Soy un hombre débil y pecador que tratare de responder lo mejor posible con la fuerza de dios. De manera directa a mi comunidad católica y de manera indirecta a todos los que nos quieran ayudar. Desde lo político partidario intentare estar cerca de todos. En eso seguimos una línea muy clara. Jamás la Iglesia va a decir a quien hay que votar.

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