Monseñor Luis Villalba integrará desde hoy el Colegio Cardenalicio

Monseñor Luis Villalba integrará desde hoy el Colegio Cardenalicio

El arzobispo emérito de Tucumán, monseñor Luis Villalba, será creado cardenal durante la liturgia que presidirá el Papa Francisco este sábado 14 de febrero en la basílica de San Pedro.

El arzobispo emérito de Tucumán, monseñor Luis Villalba, será creado cardenal durante la liturgia que presidirá el Papa Francisco hoy, sábado 14 de febrero, en la basílica de San Pedro, en el marco del consistorio ordinario público convocado para tratar los avances en la reforma de la Curia romana.   

Monseñor Villalba llegó a Roma el sábado 31 de enero, acompañado por una modesta delegación conformada por monseñor Melitón Chávez, referente de la Pastoral Social de la arquidiócesis de Tucumán y exvicario general, y el presbítero Darío Enrique Montero, actual secretario canciller del arzobispado. Por su cuenta viajaron otros sacerdotes, como el presbítero Marcelo Barrionuevo, vicario de Fe y Cultura, y también autoridades civiles, como el intendente capitalino Domingo Amaya.   

El arzobispo emérito integra la lista de cinco nuevos cardenales retirados, a quienes el Papa ha querido reconocer “por su caridad pastoral en el servicio de la Santa Sede y la Iglesia”.    Monseñor Villalba nació en Buenos Aires el 11 de octubre de 1934 e ingresó en el seminario en 1952; fue ordenado sacerdote el 24 de septiembre de 1960 y elevado al orden episcopal el 22 de diciembre de 1984, sirviendo como obispo auxiliar de Buenos Aires. En 1991 fue trasladado a la diócesis de San Martín y en 1999 promovido a la arquidiócesis de Tucumán, que condujo hasta 2011.    En una entrevista con la agencia Zenit, el prelado recordó su vínculo con el cardenal Bergoglio, que ahora –siendo Papa- lo llama a este nuevo servicio a la Iglesia.   

“Conocí a Bergoglio cuando fue nombrado obispo en 1992 y asistí a su ordenación. Él asumió la vicaría de Flores donde yo estaba antes. En 1999 dejé San Martín y fui a Tucumán. En ese tiempo el episcopado me hizo presidente de la comisión que debía redactar el documento Navegar Mar Adentro, que invitaba a asumir el llamado hecho por Juan Pablo II. Este texto marcó bastante el de Aparecida, y Bergoglio me apoyó mucho para que saliera”, contó el arzobispo.    Monseñor Villalba trabajó de cerca con el cardenal Bergoglio cuando éste era presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y él vicepresidente primero. “Fueron seis años en los que nos reuníamos mensualmente. Tuvimos un trato muy cercano, además viajamos juntos tres veces a Roma en ese período, visitamos las congregaciones y nos recibió dos veces Benedicto XVI”, recordó.    Según el arzobispo emérito, ambos “sintonizaron mucho”. Al respecto dijo: “Él es muy llano, muy simple, tratamos todos los problemas, fue siempre muy pastor, cercano a la gente, esto que digo no es algo nuevo. El era así, visitaba las parroquias, los barrios, viajaba en colectivo”.   

¿Cómo recibió la noticia de su elección?  - Todos los domingos veo el ángelus del Papa por televisión. En la Argentina son las 8. Y lo veo mientras desayuno tomando mate. Sabía que había un consistorio. Ese domingo el Papa primero hizo la reflexión espiritual, después rezó el ángelus y a continuación leyó la lista de los futuros cardenales. Y escuché mi nombre mientras tomaba mate. No sabía nada. Y el martes 6 me llamó por teléfono.   

Francisco dijo que en su persona quería premiar a tantos pastores de la Iglesia...  - Mi nombramiento más allá de mi persona, es un reconocimiento también al noroeste argentino y a Tucumán, por donde la corriente evangelizadora del norte, que entró desde Lima. Una zona de las más pobres del país, fuertemente golpeada por el cierre de todos los ingenios azucareros en los años 60 y con ellos toda la gente que allí trabajaba. Y al mismo tiempo una zona muy religiosa y que da tantas vocaciones a la Iglesia.   

Cuando el Papa habla de problemas pastorales, pareciera que lo quieren etiquetar ideológicamente, ¿verdad?  -- Bergoglio nunca fue ideológico, hay que tenerlo claro. Ideológicos serán los que le tildan de derecha, de izquierda o de centro. Él es un hombre de Iglesia, con una gran capacidad de discernimiento, y evidentemente toda la espiritualidad ignaciana lo ha ayudado mucho a eso. Un hombre que consulta, pregunta, pero después discierne y toma posiciones, y cuando toma posiciones es muy firme. No es apresurado, no resuelve los problemas de golpe, antes reza, medita, consulta hasta que toma una decisión, seguro de que Dios le está pidiendo esto.   

¿Qué le impresionó de Bergoglio en su trato cotidiano?  - Mons. Villalba: La sencillez, es muy normal lo que él dice. Y pide esto como Papa a los obispos y a los sacerdotes. Otra cosa que tiene, que es un don y que marca, son esas frases como 'el olor a oveja', eso expresa estar cerca y compartir la vida con la gente. El Papa quiere que se hable, que se debata, que se traten los problemas, es muy sabio, muy sano.   

¿Cómo evalúa el Sínodo de la Familia?  - El Papa ha querido que los padres sinodales hablaran con toda libertad, expresaran su pensamiento, y eso es sano. Creo que incluso usó esa palabra, 'decir lo que uno piensa' y claramente respetar el pensamiento del otro.   

En su experiencia pastoral, ¿cómo está influyendo Francisco?  - En la Argentina ha caído muy bien, no solamente en el ámbito eclesiástico, sino a toda la gente, mucha bautizada y no practicante que de alguna manera ha vuelto a la Iglesia. En Semana Santa ha habido más participación de los fieles. Ellos dicen 'Francisco habla claro, le entendemos, es uno de los nuestros'.   

¿Este acercarse es un inicio de conversión?  - Lo he visto en el confesionario. Era lo que esperábamos, sorprendente, es una gracia de Dios. El domingo pasado quise venir al Ángelus, ¡pero había tanta gente que me tuve que quedar afuera!   

Villalba eligió Tucumán como sede para su retiro y actualmente vive en la capilla La Santa Cruz, perteneciente a la jurisdicción de la parroquia San Martín de Porres. Allí celebra misa y dedica un considerable tiempo a atender confesiones y ofrecer acompañamiento espiritual. El nuevo cardenal volverá a la provincia en los próximos días y recién en mayo asumirá el título de la iglesia suburbicaria de Roma que el Santo Padre otorga a los miembros del Colegio Cardenalicio. 

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