"Añatuya te estaba esperando", le aseguró su antecesor y consagrante principal, monseñor Adolfo Uriona FDP. En la homilía de la misa, el flamante obispo afirmó que la consigna de su servicio episcopal será “caminar junto con los pobres y aprender de ellos”, como pide el papa Francisco.

El consagrante principal fue el anterior obispo de Añatuya, monseñor Adolfo Uriona FDP, hoy diocesano de Villa de la Concepción del Río Cuarto, y los coconsagrantes fueron el cardenal Luis Héctor Villalba y monseñor Alfredo Zecca, arzobispo emérito y arzobispo de Tucumán. 

En su homilía, monseñor Melitón Chávez aseguró que "la pobreza está en todas partes, está en todo nuestro norte y forma parte de cualquier planteo de evangelización”. 

“Cuando Jesús es enviado por el Padre, Él toma las palabras del profeta Isaías que dice que el espíritu del Señor está por sobre mí porque me envió a evangelizar a los pobres”, recordó. 

“Desde ahí es la misión de toda la Iglesia. En la pobreza hay muchos rasgos de injusticia, pero a la vez también muchísimos valores que tanta gente tiene a raíz de su propia pobreza que merecen ser expuestos para que nos ayuden a pensar una sociedad distinta", agregó. 

El flamante obispo destacó que "el papa Francisco dice que desde la orilla se puede ver la realidad. Desde ahí, yo creo que es auspicioso ponerme a caminar junto con ellos, los pobres, hacer carne al caminar junto con ellos y aprender de ellos, que esa es la consigna”. 

“Lo que nosotros hacemos es llevar adelante una tarea propia del cristiano que es no dejar a nadie solo y acompañar a la gente, y que eso pueda servir como paradigma para el resto de la sociedad, sobre todo para el Estado", concluyó. 

La celebración eucarística de ordenación de monseñor Melitón Chávez estuvo concelebrada por numerosos obispos y asistieron el intendente de Añatuya, Julio Castro; la ministro de Gobierno, Silva Neder y la diputada Liliana Lagos, entre otras autoridades civiles.