Mons. Buenanueva: “Deberíamos hablar más de Jesucristo que de su vicario”

Mons. Buenanueva: “Deberíamos hablar más de Jesucristo que de su vicario”

El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, compartió una vez más sus reflexiones. En esta ocasión, dedicó su columna semanal en el periódico “La Voz de San Justo”, al aniversario del pontificado del papa Francisco. “Menos Iglesia, más Jesucristo”, recordó.

Con motivo del quinto aniversario del pontificado del papa Francisco, y bajo el título “La Iglesia reza por Pedro”, el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, dedicó su columna semanal en el periódico “La Voz de San Justo”, a reflexionar sobre la figura del Santo Padre. 

“En su camino por la historia, la Iglesia ha tenido muchos tipos de Papas. Los ha habido santos de elevada espiritualidad, clarividentes misioneros, eximios teólogos, hábiles políticos y administradores; sufridos confesores de la fe y mártires. Y también, algunos de vidas poco edificantes”, enumeró el obispo, y reconoció que “la Iglesia nunca ha dejado de rezar por Pedro”. 

“Este 13 de marzo se han cumplido cinco años de la elección de nuestro “Pedro” actual: Francisco, el Papa venido desde el fin del mundo. Se han escuchado diversas interpretaciones sobre su figura, influencia y magisterio. Sinceramente uno queda un poco mareado con tantas palabras”, reconoció monseñor Buenanueva y planteó si, sobre todo aquí en su patria, y también dentro de la Iglesia, no hay “una exagerada concentración de su figura” y si no deberíamos “hablar más de Jesucristo que de su vicario”. 

“Una Iglesia autorreferencial está enferma, pues ‘pretende a Jesucristo dentro de sí y no lo deja salir’, decía Bergoglio antes del Cónclave. Hay que vivir una suerte de espiritualidad eclesial, inspirada en Juan, el Precursor: ‘Es necesario que Él crezca y que yo disminuya’. En síntesis: menos Iglesia, más Jesucristo”, consideró. 

Monseñor Buenanueva trajo a la memoria la imagen del Papa pidiendo a la multitud, reunida en la plaza, que rezara por él: “Unos amigos que estaban allí, aquella tarde romana, me decían que el momento fue impresionante”, relató. 

“Sólo cuando se experimenta la oración como realidad vital, se toca la verdad de la Iglesia. Como también, y más radicalmente aún, sólo cuando, de la mano de los relatos evangélicos, nos asomamos a ese huracán indomable que es la oración de Jesús al Padre, llegamos a conocerle realmente a Él como Hijo, Dios con nosotros, Verbo eterno en carne humana”, explicó el prelado. 

“La oración por Pedro – hoy por Francisco –nos da la perspectiva adecuada para apreciar su figura: los ojos certeros de la fe eclesial. Lo cual no invalida, aunque sí ubica en sus justos términos los otros enfoques: políticos, sociológicos, culturales, afectivos”, añadió. 

Finalmente, el obispo de San Francisco se preguntó: “¿Por qué oramos por Pedro?” Ante todo, respondió, “porque Jesús mismo lo hizo: ‘Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido poder para zarandearlos como el trigo, pero yo he rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú, después que hayas vuelto, confirma a tus hermanos.’ Rezamos por Pedro/Francisco, porque Jesús oró por él, y por sus mismas razones: para que no le falte la fe, y para que nos confirme en la fe a quienes somos sus hermanos”, admitió. 

Francisco “ha sabido sumarse – con originalidad latinoamericana, argentina y porteña – al camino que viene transitando la Iglesia, de la mano de los últimos Papas, actuando el mandato profético del Concilio Vaticano II”, afirmó monseñor Buenanueva, y aseguró que “el camino es diáfano”, con la “provocativa sencillez del Evangelio”, que implica “poner a Jesús en el centro, y con Él, a los pobres, a los olvidados, a los heridos”. En palabras de Francisco: ‘las periferias’. “Todo lo demás: o de ahí nace o hacia este centro converge”, sostuvo. 

“Y alegría. Mucha alegría. La alegría del Evangelio. La alegría de Dios reflejada en el rostro de Cristo resucitado”, recordó, reiterando el compromiso: “Rezamos por vos, Francisco. Que el Señor te proteja y la Virgen te guarde. Gracias por tu testimonio y tu servicio a la fe”, concluyó.

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