Mons. Buenanueva: Cuidar la libertad para cuidar la democracia

Mons. Buenanueva: Cuidar la libertad para cuidar la democracia

En una nueva entrega de su columna semanal en el periódico “La Voz de San Justo”, el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, reflexiona sobre la situación en Venezuela, la “seducción engañosa del mal” y la necesidad de “cuidar nuestra democracia”, de cara a las elecciones que se avecinan en nuestro país. La democracia, como la libertad, “siempre estará bajo amenaza”, afirma el obispo.

El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, centró su reflexión semanal en la situación dramática que atraviesa Venezuela, y destacó la necesidad de “cuidar la democracia” en nuestro país. 

En su columna publicada en el periódico “La Voz de San Justo”, el prelado se pronunció sobre los hechos que viven los hermanos venezolanos. “El martes después de las elecciones en Venezuela, escribí un Tweet con este texto: ‘Una oración por Venezuela. Por sus muertos. Por su pueblo. No nos resignemos a que muera su democracia. América Latina sabe de dictaduras’”, comenta, por lo que recibió gran adhesión desde varios rincones de la Argentina y otros países latinoamericanos, incluida la misma Venezuela. 

Movido por la situación, relata el obispo, reflexionó entonces sobre los pueblos europeos que durante la segunda guerra mundial ante las propuestas irracionales del totalitarismo nazi-fascista. “La libertad atrae, pero también despierta vértigo. De ahí que, en ocasiones, los individuos prefieran entregarse en manos de líderes clarividentes que, sin atajos, los lleven al paraíso soñado”, señaló. 

El miedo a la libertad radica, según monseñor Buenanueva, en intuir que el camino es fatigoso; “nos somete, una y otra vez, a una insoportable incertidumbre”, indica. El abismo, agrega, es “tener que elegir. De ahí que también atraigan algunos remedos de libertad como son la desinhibición y el capricho de la pulsión, la prepotencia o el deseo de tenerlo todo rápido, aquí y ahora”. 

El prelado advirtió también sobre “la seducción engañosa del mal”, y reconoció que “trigo y cizaña pueden parecerse, pero no son lo mismo. Es necesario discernir”. 

En su reflexión, monseñor Buenanueva llamo a “aprender a posponer gratificaciones inmediatas para alcanzar la gratificación más genuina y duradera”, teniendo en cuenta que las fatigas son necesarias para alcanzar los verdaderos frutos de todo aprendizaje. 

“Teniendo a la vista nuestro calendario electoral argentino, he pensado en la necesidad de cuidar nuestra democracia. Y de cuidarla de nosotros mismos, de nuestros amores y fobias, de nuestras obsesiones y cerrazones. Y nada digamos de las estrecheces ideológicas. La democracia, como la libertad, siempre estará bajo amenaza. Este es el clima natural en el que tiene que sobrevivir la libertad que Dios nos ha dado y que Cristo ha rescatado con su sangre”, añadió. 

“También en estos días he vuelto a los resultados que arrojó el Diálogo Argentino. ¿Lo recuerdan? Aquel enorme esfuerzo de escucha, consenso y propuesta que surgió al calor de la crisis de 2001. De ahí surgieron propuestas concretas para una reforma de la política y de la justicia, también acuerdos básicos en políticas sociales y educativas. Quedó prácticamente en nada. Una lástima”, lamentó. 

“En medio de la incertidumbre de las horas oscuras, las personas y los pueblos pueden encontrar el rumbo. Es lo que entreveo en el dolor compartido de nuestros hermanos venezolanos. Ellos, como nosotros un día, invocan a Jesucristo, el Señor de la historia. De Él proviene toda luz que ilumina la noche. Y las redes sociales son un medio por donde circula ya su Evangelio. Entrelazan también a las personas y su irrefrenable deseo de libertad. Por eso, los prepotentes les temen”, concluyó.

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