El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Buenanueva, compartió unos días de descanso junto con los presbíteros más jóvenes de la diócesis en la Abadía “Gozo de María”, de la localidad cordobesa de San Antonio de Arredondo. 

Tras su estadía junto al clero joven, el prelado recordó que la “Pastoral sacerdotal es precisamente esa acción de la Iglesia madre que acompaña a sus hijos pastores en cada etapa de su camino”. 

“Los primeros años después de la ordenación son claves para fundamentar lo que sigue, no menos que el acompañamiento de los que están en la plenitud de su vida y de los más ancianos”, aseguró. 

El obispo dijo sentirse “muy alentado por este grupo de sacerdotes jóvenes de la diócesis, por sus inquietudes, su nobleza y sus expectativas. Me siento estimulado pero también interpelado. Le pido al Buen Pastor su Espíritu para poder animar en nuestra Iglesia diocesana una pastoral sacerdotal lo más integral y fecunda que podamos”. 

Monseñor Buenanueva expresó también su preocupación por las vocaciones sacerdotales, al lamentar que “el próximo año no ingresará ningún joven al Seminario. Egresa uno y quedan dos en camino”. 

“Vuelvo a la palabra de Jesús, y a ella me confío: ‘La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha’”, pidió. 

“Lo que está en juego es el anuncio de Jesús y su Evangelio. Las mejores técnicas y los más modernos medios tecnológicos jamás podrán sustituí a las personas, a los testigos, a los enamorados. De eso se trata de estar realmente enamorados”, concluyó.+