Mons. Arancedo llamó a rezar por más vocaciones sacerdotales

Mons. Arancedo llamó a rezar por más vocaciones sacerdotales

El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, aseguró que “la figura de Cristo, el Buen Pastor, es la imagen más acabada y sugerente de lo que debe ser un sacerdote, un pastor”, al recordar que este domingo se celebra la Jornada de Oración de las Vocaciones. ¨Vivimos momentos no fáciles respecto a la imagen del sacerdote, sea por defecciones como por escándalos. Esto nos duele y nos debe llevar a un sincero arrepentimiento y conversión¨, afirmó, por lo que llamó a rezar por más vocaciones.

El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, aseguró que “la figura de Cristo, el Buen Pastor, es la imagen más acabada y sugerente de lo que debe ser un sacerdote, un pastor”, al recordar que este domingo se celebra la Jornada de Oración de las Vocaciones. 

El prelado afirmó que, según San Agustín, “lo que caracteriza al ministerio sacerdotal es ser ‘amoris officium’, es decir una tarea de amor” y sostuvo que la jornada por las vocaciones recuerda que “el sacerdocio es una página central del Evangelio y, por lo mismo, todos somos responsables”. 

“No se trata de un tema de los jóvenes, se trata de la misma misión de Jesucristo para la que él llamó a los primeros apóstoles y hoy continúa haciéndolo. El Señor sigue llamando y diciéndonos con la misma urgencia: ‘Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes’”, agregó. 

“Cuando un joven se descubre en este camino, es el comienzo de una pregunta. No podemos comprender al sacerdote si no es en referencia a Jesucristo como su fuente, a la Iglesia como comunidad de pertenencia y al Mundo como objeto del amor de Dios”, sostuvo, y añadió: “Pienso que el sacerdocio se ha alejado del horizonte de las familias, es algo que no está en su agenda. Esta Jornada busca recordar nuestra responsabilidad y confiar en el valor de la oración”. 

Monseñor Arancedo reconoció que "“vivimos momentos no fáciles respecto a la imagen del sacerdote sea por defecciones como por escándalos. Es común estar en las páginas de los diarios. Esto nos duele y nos debe llevar a un sincero arrepentimiento y conversión”. 

Asimismo, aclaró que esta “no es la verdad ni la realidad de nuestros sacerdotes, como tampoco de los ideales de entrega y deseos de seguir a Jesucristo de nuestros seminaristas. Hay una gran riqueza en nuestros sacerdotes que debemos anunciar y acompañar”. 

“Es cierto que el Señor llama a hombres frágiles y que siempre debemos tener conciencia de que: ‘Llevamos ese tesoro en recipientes de barro’. Ello nos compromete y reclama una vida auténtica, pero no dejemos de vivir como Iglesia con gratitud y confianza el don del sacerdocio”, concluyó.

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