Unas 2.000 personas participaron en la protesta semanal contra las políticas del municipio de Ashdod sobre las empresas que operan en Shabat y las multas emitidas por la ciudad contra dichas empresas.
Este fin de semana, no se emitieron multas, aunque eso no detuvo a los manifestantes, pidiendo la renuncia del intendente de Ashdod, Yehiel Lasry.
“Los jaredíes (ultraortodoxos) se están apoderando de todos los rincones. Controlan el ayuntamiento y el intendente decidió que la ciudad les pertenece como en Beit Shemesh. Inclusive los judíos conservadores se oponen a esta situación”, exclamó uno de los manifestantes.
“Quiero poder comprar, ir a restaurantes, caminar con mis hijos en parques e ir a museos y divertirme”, expresó una participante, reiterando su oposición a la coacción religiosa del municipio.
Las protestas también se llevaron a cabo el sábado cerca de la casa del Fiscal general, Avijai Mandelblit, pidiéndole a acelerar la investigación y posible acusación del primer ministro Biniamín Netanyahu, en Jerusalén y en contra de la decisión del Gobierno de expulsar a los inmigrantes africanos.
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