Miles de fieles colmaron San Ponciano para recibir a la Virgen del Cerro

Miles de fieles colmaron San Ponciano para recibir a la Virgen del Cerro

Hubo fuertes muestras de fe y llantos intensos por la emoción que generó la ceremonia que se realizó anoche en el templo platense, tras la polémica generada por sacerdotes salteños que habían expresado su “perplejidad”.

La Ciudad ya tiene su Virgen del Cerro y miles de fieles de esta región celebraron la iniciativa de entronizar su imagen, puntualmente, en San Ponciano. En el marco de un templo colmado y con todos los asientos dispuestos en el playón de acceso ocupados, más una buena cantidad de gente parada, llegó a esa iglesia platense una réplica de la imagen que congrega en Salta, desde hace más de dos décadas, a incontables devotos que la visitan en busca de milagros. Fue recibida, al caer la tarde ayer, en la basílica de 48 y diagonal 80, con un gran fervor, mucha alegría y una emoción que a muchos los mantuvo en llanto a lo largo de la misa que la consagró.

Llegó la virgen a La Plata, en rigor, precedida de una polémica. Ocurre que la figura religiosa se vincula a una mujer, María Livia Galliano, que asegura haber sido testigo de apariciones de María justamente sobre el barrio salteño Tres Cerritos, donde, desde la década del 90, realiza imposición de manos a modo de sanación -ver aparte-. Mientras que desde el arzobispado platense se alentó la entronización de la imagen en la basílica céntrica para atender el anhelo de los feligreses de la Región que adoran esa figura, el clero de la provincia del norte argentino hizo saber su malestar por la decisión de la curia local, pues allá, la Iglesia desconoce el fenómeno de las manifestaciones de la Madre del Corazón Eucarístico de Jesús.

En un contexto de profunda fe; con sacerdotes adentro del templo y también afuera ofreciendo confesiones; rezos y cantos litúrgicos; y una pantalla gigante que le mostraba a quienes no habían podido acceder al templo todas las alternativas de la fiesta religiosa. Así irrumpió, en procesión, la Virgen del Cerro, vestida de blanco y azul, con un largo rosario en su cuello, una corona dorada y adornada con una base de rosas de distintos colores. Su aparición para ingresar al altar de San Ponciano provocó corridas, exclamaciones, gestos de felicidad y lágrimas.

Desde el interior de la iglesia, el obispo platense, Víctor Fernández, quien ofició la misa de consagración, la recibió al grito de “Viva la virgen” y los presentes, eufóricos, respondieron con un multitudinario “viva”.

El prelado la presentó. Habló sobre las virtudes de María y señaló las partes del cuerpo de esta figura ahora platense que resultan significativas a los creyentes. Invitó a sus devotos a visitarla. “El santuario -dijo- se enriquece con la presencia de la Virgen, la Madre, que espera un niño y no puede apurar los tiempos”.

También se refirió el obispo Fernández, con la alegoría, al Niño por Nacer, pues ayer (25 de Marzo) se conmemoró su día. “Aquí hay una madre que no puede entender que haya un hijo abortado; hay que pedirle que a través de ella nazcan los hijos no queridos y que los argentinos elijan la vida y no la muerte”, remató el obispo y provocó con esas palabras un encendido aplauso.

Asimismo, Fernández convocó a los feligreses a visitar, dentro de San Ponciano, el camarín de la Virgen de Luján. “Es el original -aclaró el arzobispo-, porque es el que estaba en la basílica de Luján que se trajo acá”.

“MÁS CERCA”

La presencia de la Virgen del Cerro reunió a miles de vecinos de La Plata, Berisso, Ensenada, Magdalena y Brandsen, pero también se dieron cita en la basílica céntrica un gran número de católicos que arribaron en micros provenientes de los distritos del Conurbano y de otras ciudades bonaerenses. La mayoría de la personas que asistieron a esta ceremonia tan especial festejó el hecho de tener ahora cerca a la Virgen del Cerro, sin los largos kilómetros que la separan entre Salta y la Región.

Comentá la nota