por DOMENICO AGASSO JR

 

Que se estudien las reacciones discriminatorias y xenófobas en los países cristianos. Que las instituciones educativas católicas favorezcan la formación de los migrantes. Lo pide el papa Francisco en un encuentro con la Federación internacional de las universidades católicas (Fiuc). El Pontífice anuncia que la Santa Sede apoya dos “Pactos Globales en favor de la acogida” y subraya que es necesario “asegurar el derecho a no estar obligados a emigrar”.  

 

El Obispo de Roma recibe en audiencia la Fiuc durante la conclusión del congreso internacional titulado “Refugiados y Migrantes en un mundo globalizado: responsabilidad y respuestas de las universidades”, en curso en Roma, del 1 al 4 de noviembre, en la Pontificia Universidad Gregoriana.  

 

El papa Bergoglio sugiere a las universidades “iniciar nuevos estudios sobre las causas remotas de las migraciones forzadas, con el objetivo de individuar soluciones practicables, también a largo plazo, porque es necesario asegurar lo antes posible a las personas el derecho a no estar obligados a emigrar”. Y añade que “es igualmente importante reflexionar sobre las reacciones negativas, a veces incluso discriminatorias y xenófobas que la acogida de migrantes está suscitando en países de antigua tradición cristiana, para proponer itinerarios de formación de las conciencias”.  

 

El Pontífice invita a las universidades católicas “a profundizar en la reflexión teológica sobre las migraciones como señal de los nuevos tiempos”.  

 

El papa Bergoglio espera que “las universidades católicas adopten programas dirigidos a favorecer la formación de los refugiados, tanto a través de la oferta de cursos a distancia para aquellos que viven en los campos o en los centros de acogida, como de becas de estudio que permitan su recolocación”. Otra indicación: “Aprovechando la importante red académica internacional, las universidades pueden facilitar el reconocimiento de los títulos y de las profesiones de los migrantes y refugiados, en beneficio de éstos y de la sociedad que les acoge”.  

 

Papa Francisco recomiendo a las instituciones educativas católicas “educar a los estudiantes, algunos de los cuales serán líderes políticos, emprendedores y creadores de cultura, a una lectura atenta del fenómeno migratorio, en una perspectiva de justicia, de corresponsabilidad global y de comunión en la diversidad cultural”. De este modo, la universidad puede desarrollar su “papel de conciencia crítica respecto a las diversas formas de poder político, económico y cultural”.  

 

Respecto al complejo mundo de las migraciones, la sección migrantes y refugiados del Dicasterio para el servicio del desarrollo humano integral ha dedicado “20 puntos de acción como contribución al proceso que llevará a la adopción, por parte de la comunidad internacional, de dos Pactos Globales, uno sobre los migrantes y otro sobre los refugiados, en la segunda mitad del 2018”. En esta y “otras dimensiones, las universidades pueden desarrollar un papel privilegiado en el campo social –observa-- como por ejemplo el incentivo al voluntariado de los estudiantes en programas de asistencia hacia los refugiados, los solicitantes de asilo y los migrantes que acaban de llegar”.