Líderes religiosos piden designar cargo que vigile antisemitismo

Líderes religiosos piden designar cargo que vigile antisemitismo

Permanece vacante desde que asumió Trump. El papel de Enviado Especial es representar asuntos que afectan la seguridad y el bienestar de las comunidades judías en el extranjero. Veinte representante religiosos firmaron una carta abierta exigiéndolo.

Líderes religiosos en Estados Unidos, junto con legisladores y ex funcionarios federales, han instado al secretario de Estado, Rex Tillerson, a que se busque una persona que ocupe el cargo de enviado especial para vigilar y combatir el antisemitismo en el Departamento de Estado.

“Como líderes religiosos que se preocupan profundamente por combatir el antisemitismo, sabemos cuán críticamente importante ha sido el papel de enviado especial en representar a nuestro gobierno en el extranjero en una serie de asuntos que afectan la seguridad y el bienestar de las comunidades judías”, lee una carta abierta escrita por la Liga Antidifamación y firmada por casi dos docenas de representantes de las religiones Católica, Protestante, Evangélica, Musulmana, Sikh, Hindú y Judía. “Le instamos a que aclare su posición y se comprometa a llenar este nombramiento tan pronto como sea posible”, agrega.

La posición del Enviado Especial, creada en 2004 bajo la Ley de revisión del antisemitismo mundial, ayudó a definir el trabajo del Departamento de Estado en la materia, además de monitorear, informar y combatir los actos de antisemitismo y de incitación antisemita en el extranjero. La posición ha estado vacante desde que el presidente estadounidense Donald Trump asumió el cargo en enero.

Bloomberg informó en febrero que la Casa Blanca estaba considerando la eliminación de la posición, junto con otros puestos de enviado especial dedicados al cambio climático y las comunidades musulmanas, entre otros.

Los planes para eliminar la posición como parte de los esfuerzos de la Administración Trump para hacer drásticos recortes en el gasto público también fueron criticados por el Comité Judío Americano, el Centro Simon Wiesenthal, más de 100 organizaciones del Holocausto, educadores y académicos.

Chris Smith, republicano de Estados Unidos, autor de la Ley de Revisión del Antisemitismo Mundial bajo el gobierno de George W. Bush, también se pronunció contra los planes de cerrar la oficina, señalando las recientes amenazas de bomba hechas a centros judíos en los Estados Unidos, así como actos recientes de vandalismo en cementerios judíos.

“Es vital que un alto funcionario de la ley tenga el mandato de dirigir esfuerzos en todo el gobierno para anticipar, prevenir y responder a amenazas y ataques-especialmente violentos- contra la comunidad judía estadounidense”, dijo Smith en un comunicado.

Hannah Rosenthal, que sirvió como enviada especial de 2009 a 2012, afirmó que “”si alguien no toma esta responsabilidad, nadie lo hará”, y continuó diciendo que la definición de trabajo del antisemitismo formulada por la oficina ha estado ayudando a diplomáticos estadounidenses en todo el mundo a “empujar” contra las actividades ofensivas y el discurso.

Su sucesor, Ira Forman, quien sirvió como enviado especial de 2013 al 20 de enero de 2017, hizo eco de esos sentimientos, diciendo que el liderazgo estadounidense en todo el mundo “disminuirá enormemente si la oficina del enviado especial no está respaldada por altos dirigentes del Departamento de Estado”

Un funcionario del Departamento de Estado citado por NBC News dijo que el Departamento quiere asegurarse de que “se está abordando el antisemitismo en el método más eficaz y eficiente posible y están explorando los mejores medios para seguir haciéndolo, ya que siguen preocupando los altos niveles de antisemitismo en muchos otros países”.

A Tillerson se le preguntó sobre el puesto vacante al testificar frente al Subcomité de Estado, Operaciones Extranjeras y Programas Relacionados de la Cámara de Representantes de Estados Unidos el 14 de junio. Tillerson dijo que el Departamento de Estado estaba tratando de determinar si los enviados especiales “debilitaron nuestra atención a esas cuestiones”, argumentando que otros diplomáticos evitan abordar el tema porque hay un enviado especial en su lugar.

La ADL rechazó las afirmaciones de Tillerson, expresando: “Apreciamos el sentimiento que expresó de que todos los diplomáticos deben sentirse responsables de combatir el antisemitismo. Sin embargo, las preocupaciones por el antisemitismo no siempre se incluyen en el programa de las reuniones diplomáticas. Otros temas legítimos y urgentes requieren atención, mientras que cuando el Enviado Especial se reúne con funcionarios extranjeros, el antisemitismo es la agenda”.

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