"Hay que liberar a las mujeres de las miradas de sospecha en la iglesia y la sociedad"

Rectora de la Upsa: "El sacerdocio no nos va a hacer a las mujeres iguales. Somos bautizadas, somos iguales"

No podría haber mejor arranque para el Día de la Mujer Trabajadora. Cuatro de las mujeres más relevantes en la Iglesia española conversaron anoche en la Fundación Pablo VI, sobre su papel en la sociedad y la Iglesia, la igualdad, la violencia de género, la brecha salarial o los prejuicios. Mirian Cortés, rectora de la Upsa; Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas; Clara Pardo, presidenta de Manos Unidas; y la profesora Mª Teresa Compte.

Como marco, la presentación de 'Diez cosas que el Papa Francisco pide a las mujeres', escrito por Compte (con prólogo de Bergoglio) y editado por Publicaciones Claretianas. Su editor, Fernando Prado, ejerció como moderador. "Hay que liberar a las mujeres de las miradas de sospecha en la Iglesia y la sociedad", fue el punto de partida para una jugosa conversación. Se echó de menos la presencia de algún obispo... o tal vez no. Tal vez era el momento de demostrar que los laicos, mujeres y hombres (éramos muchos, también, en la sala), también pueden pensar y construir Iglesia.

"Es falso que el pecado entrara al mundo por la mujer", destacó la autora, quien denunció "voluntades intencionadas para no explicar bien el Magisterio". Algo que, en su opinión, "se ha hecho cultura, y ha generado una mentalidad".

Por su parte, la rectora de la Upsa defendió que "se está haciendo mucho por la igualdad", pero que "es muy difícil avanzar, han muchos muros por derribar". Para Mirian Cortés, "estamos llenos de buenas intenciones, pero la puesta en práctica es difícil". Ella bien lo sabe: es una de las pocas mujeres rectora de una universidad en España. "En la Iglesia no es diferente, porque la Iglesia forma parte de una sociedad, vive en el mundo y es deudora de su tiempo".

 

Clara Pardo, presidenta de Manos Unidas, quiso subrayar que "España es un lujo comparado con otros países", aunque la igualdad, aún, sea una quimera. "Siempre llega un momento en el que una mujer tiene que renunciar, y eso no es tolerable".

Para Teresa Compte, esa 'renuncia' es otra de las cadenas que hay que romper. "La dignidad de la mujer no reside en su maternidad ni esponsalidad, sino en su ser mujer, pero seguimos empeñados, desde el mundo eclesial, en enjuiciar a las mujeres que quieres vivir su maternidad como si los hombres no existieran".

"No os olvidéis que hay muchas mujeres a las que ni siquiera preguntan si van a tener hijos, si los tienen o si los han dejado en otro país", terció Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas. Son las mujeres inmigrantes, que "también son madres", y a las que la brecha laboral les afecta doblemente.

"La pobreza y la violencia en el mundo tienen rostro de mujer", añadió, abogando por "construir una cultura de la reciprocidad", y una lucha conjunta contra "la lacra inexcusable de la prostitución y de la trata".

Como señala Manos Unidas en su manifiesto de hoy, y recalcó Clara Pardo, "la pobreza, la desilusión, el hambre, la violencia... tienen rostro de mujer".

En lo tocante a la violencia contra la mujer, Teresa Compte subrayó que "no puede ser un asunto privado, es algo público, nos afecta a todos, es una lesión de derechos, altera la convivencia", algo en lo que coincidieron las cuatro.

 

¿Y dentro de la Iglesia? Casi todas las intervinientes fueron muy críticas. Con el trasfondo de la 'huelga feminista' de hoy y las críticas recibidas por parte de algunos obispos, Teresa Compte advirtió que la Iglesia "hemos dialogado con todo el mundo, hemos sido capaces de romper muchas barreras, de reconciliarnos con las libertades modernas... excepto con los 'feminismos'. Ya va siendo hora de hacerlo".

"¿Dónde están hoy las mujeres? Hay una historia de encuentro. Hay cuestiones en las que no vamos a poner de acuerdo, y nos sentamos a hablar con muchos hombres que son abortistas. Pero cuando nos sentamos con ellas es lo primero que pensamos", denunció. "Hay temas sobre los que tenemos que hablar: la prostitución, la explotación sexual, la trata, la dignidad... Si nuestra apuesta es la dignidad, pues trabajemos por la dignidad. Y aquello en lo que no nos vamos a poner de acuerdo, pues no nos pondremos. Pero hay que hablar".

Natalia, de Cáritas, la respaldó. "Estamos llamados a encontrarnos con el feminismo, con hombres y mujeres., y caminar hacia una solución mejor". Al tiempo, incidió en la necesidad d euna mayor presencia de mujeres "en la tarea de reflexión y construcción teológica".

Muy dura fue la rectora de la Upsa. "Toda la Iglesia tiene que ser feminista, los hombres también.Todos tenemos que ser feministas, entendido como defensa de los derechos y de la igualdad", más allá de la doctrina o el Derecho Canónico. "Pero es que para el Derecho Canónico no hay más que una clase de fieles, el pueblo de Dios, el bautismo nos une a todos".

 

"Jesucristo fue el primer feminista de la Historia", espetó Mirian Cortés, quien denunció la "desconfianza hacia la mujer" en la institución. "La Iglesia tiene que trabajar en eso. En la Iglesia, el único límite que tiene la mujer es el sacramento del orden. Quitando el orden del sacerdocio.... el problema de la mujer en la Iglesia, es tan inmenso, tan preocupante... El sacerdocio no nos va a hacer a las mujeres iguales. Hemos sido bautizadas, somos iguales", clamó.

"María es más importante que los obispos. ¿Quién puede pensar que una mujer es inferior, o que el papel de María haya sido menor que el de los apóstoles?", añadió la rectora. "La sociedad, y también la Iglesia, necesitan el genio de la mujer, la sociedad no puede avanzar sin ellas", culminó.

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