-En la campaña para las PASO el kirchnerismo adoptó una estrategia más horizontal, pero ahora volvieron al territorio y al discurso más político. ¿Por qué cambiaron?

-Los dos tramos tuvieron diferencias. El primero fue de instalación, el objetivo central era bajar la comunicación, tener más horizontalidad con la gente, darles mayor relevancia a los sectores afectados por las políticas del Gobierno. También, darles mayor impulso a las redes sociales. Ahora pasamos a una fase de movilización y participación. No alcanza con los candidatos y la campaña pública. Todo esto en un marco de gran desigualdad de medios. Ellos tienen el Ejecutivo nacional, el provincial y el de la ciudad.

-¿La primera etapa fue más estilo macrista?

-Ellos hacen una puesta en escena, como con los timbreos, es una representación, pero sí, hicimos una campaña distinta.

-¿Decir que todas las medidas del Gobierno están mal no espanta al votante que no es kirchnerista?

-Es que frenaron lo que estaba bien y empeoraron lo que estaba mal. Deben cambiar el rumbo de la política económica y social que castiga a la mayoría y beneficia a una minoría. Y eso se expresó el 13 de agosto, cuando dos tercios votaron en contra de estas políticas. El Gobierno busca ocultarlo y decir que hubo un empate técnico, y la realidad es que perdieron. Este modelo de apertura económica, más endeudamiento, más bicicleta financiera termina con una alta tasa de desocupación y un endeudamiento imposible.

-Las encuestas marcan que se encaminan a perder el domingo. ¿Les preocupa o, como se difundió, si obtienen un 38 % se dan por satisfechos?

-Yo trabajo para ganar y vamos a ganar. La única encuesta real fue la del 13 de agosto y ahí les ganamos, a pesar de que el Gobierno ocultó datos y manipuló la carga. Igual creo que vamos a ganar porque va a haber una mayor participación electoral. 38% es un buen número, pero podemos aspirar a más.

-Además de las bancas legislativas, ¿se juegan los liderazgos del peronismo?

-El 13 de agosto se resolvió la interna peronista, que votó en un 90% por Unidad Ciudadana (UC). Los otros peronistas deberían priorizar el triunfo de UC.

-¿Le asigna un rol a Cristina en el peronismo poselectoral?

-Centrar la estrategia en Cristina es la estrategia del Gobierno. Éstas son elecciones de medio término, se evalúa la gestión del Gobierno. El peronismo viene de una derrota en 2015 y las derrotas producen dispersión, y la dispersión no se arregla en estas elecciones. La unidad en todo caso se va a lograr después, con un debate para definir la reconstrucción y el liderazgo. Y obviamente Cristina tiene que jugar un rol

-¿Qué opina de que Pichetto haya dicho que Cristina deberá formar un bloque aparte?

-No tengo interés en polemizar con Pichetto. Debemos poner la estrategia en el triunfo electoral, no en criticar a los propios, sino en señalar al Gobierno.

-¿No siente que perdieron la oportunidad de hacer una autocrítica que los reconciliara con sectores de la sociedad?

-La autocrítica se ve en la práctica. Por ejemplo, en la horizontalidad en la comunicación, porque habíamos visto que habíamos tenido una comunicación muy vertical y escuchamos poco. También en las listas: hay una renovación importante.

-¿Les preocupa que las causas judiciales compliquen a Cristina en su acceso o permanencia en su banca?

-No tengo temor, creo en la inocencia de Cristina. La Justicia debe actuar e ir a fondo, pero de modo imparcial. Por eso me preocupa cuando el Presidente dice que la Justicia actúa bien cuando hace lo que él quiere. Ahora quieren echar a la procuradora (Gils Carbó) por una causa inexistente. ¿Qué va a hacer ella si no investigar a los funcionarios? Hay problemas serios de corrupción y la obra pública ha sido un foco; y el Presidente tuvo que ver con las obras públicas.

-Pero ¿no cree que la corrupción con la obra pública se agravó durante el kirchnerismo?

-Me parece bien que se investigue a todos y que se castigue si son culpables. Pero no vale aplicarlo sólo con los funcionarios, también deberían investigar a empresarios.