“Jesús vence, pero en la Cruz. Es una contradicción que hay que entender con la fe”

“Jesús vence, pero en la Cruz. Es una contradicción que hay que entender con la fe”

El Papa en Santa Marta: hay que contemplar a la «Madre de Jesús» a los pies del crucifijo, porque en esos momentos desgarradores para una mamá, «Ella nos dio a la luz a todos nosotros: dio a la luz a la Iglesia»

por DOMENICO AGASSO JR.

 

El Papa invitó en la Misa de Santa Marta a contemplar a la «Madre de Jesús» a los pies del Cristo crucificado. Esta es la escena de la «contradicción cristiana», con el Hijo de Dios, «vencedor pero en la Cruz», por lo que «se necesita fe para comprender». 

 

 

En su homilía de la Misa matutina, según indicó la Radio Vaticana, celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta, en el día en que la Iglesia recuerda a Nuestra Señora de los Dolores, el Papa Francisco invitó a «Contemplar a la Madre de Jesús, contemplar este signo de contradicción – porque Jesús es el vencedor, pero en la Cruz, en la Cruz. Es una contradicción, no se comprende… Se necesita fe para comprender, al menos para acercarse a este misterio». 

María sabía, y «vivió toda su vida con el alma traspasada». Seguía a Jesús y oía los comentarios de la gente, a veces a favor, y otras en contra, pero estaba siempre detrás de su Hijo. Y «por esto decimos que es la primera discípula», subrayó Francisco. María tenía la inquietud que le hacía nacer en su corazón este «signo de contradicción». 

 

Al final, estaba allí, en silencio, bajo la cruz mirando a su Hijo. Quizás oía comentarios que decían: «Mira a aquella, es la Madre de uno de los tres delincuentes». Pero ella «mostró el rostro por el Hijo». 

 

«Esto que yo digo ahora —insistió el Papa— son pequeñas palabras para ayudar a contemplar, en silencio, este misterio. En aquel momento, Ella nos dio a luz a todos nosotros: dio a la luz a la Iglesia. ‘Mujer’ – le dice su Hijo – ‘he aquí a tus hijos’. No dice ‘madre’: dice ‘mujer’. Mujer fuerte, valerosa; mujer que estaba allí para decir: ‘Éste es mi Hijo: no lo reniego’». 

 

El pasaje del Evangelio del día es, por lo tanto, más que para reflexionar, para contemplar. «Que sea el Espíritu Santo – concluyó diciendo el Papa Francisco en su homilía – el que diga a cada uno de nosotros aquello de lo que tenemos necesidad». 

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