“Jesús nos invita a una vida nueva”, reflexionó Mons. Mestre

“Jesús nos invita a una vida nueva”, reflexionó Mons. Mestre

“No podemos vivir atados a esquemas antiguos y perdernos la novedad de vida y de gracia que brota del misterio pascual”, aseveró el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, en su reflexión sobre el Evangelio del tercer domingo de Cuaresma. El prelado animó “a realizar un examen sereno de nuestra vida y preguntarnos qué hay en nuestro interior hoy”.

El obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, reflexionó sobre el Evangelio del tercer domingo de Cuaresma, que “tiene su centro en el conflicto desatado en torno al Templo de Jerusalén”. El prelado explicó que “para la mayoría de las religiones el templo es el lugar del encuentro del hombre con Dios”. En este sentido, “Jesús es templo: por ser verdaderamente Dios y verdaderamente hombre, es el espacio de encuentro entre Dios y el hombre. En su propio cuerpo se da esa realidad”, señaló. 

“Por eso Cristo –enseñó monseñor Mestre- en su muerte y resurrección, supera el culto antiguo, el culto del solo templo físico o edificio donde se traían monedas y determinados animales para ofrecérselos a Dios a cambio”. “La expulsión es un gesto profético eficaz con el que Jesús inaugura, antes de la Pasión, el culto nuevo, en ‘espíritu y verdad’, donde el centro no es el edificio sino el mismo Señor, muerto y resucitado que da vida nueva”, agregó.

Luego, “a la luz del Evangelio” propuso tres puntos para la meditación y reflexión sintetizados en las palabras interior, templo y violencia. 

El Señor conoce lo que hay en el interior del ser humano 

Es muy significativa la frase con la que concluye el Evangelio de este domingo: Jesús conoce el interior de cada uno de nosotros. Esta afirmación puede llevarnos a realizar un examen sereno de nuestra vida y preguntarnos qué hay en nuestro interior hoy. Llegando a la mitad de la Cuaresma 2018 ¿qué tenemos en el corazón para presentarle al Señor? lo bueno, lo regular, lo malo. Incluso hasta pensar si puedo ayudar a algún hermano a que mire su propia interioridad. El gran desafío de crecer para bien en lo que hay en el interior de cada uno de nosotros. 

Jesús, el Nuevo Templo, renueva nuestra espiritualidad 

El encuentro con Jesús Nuevo Templo es lo que define y renueva nuestra espiritualidad. No podemos vivir atados a esquemas antiguos y perdernos la novedad de vida y de gracia que brota del misterio pascual, de la muerte y resurrección del Señor. Jesucristo, el templo auténtico de Dios, nos hace templos de Dios a cada uno de nosotros de forma personal, pero también como Iglesia, familia, comunidad. 

¿Existe ira y violencia en Jesús? 

La ira es un pecado capital. Si en Jesús hubiera ira sería un pecador y, por lo tanto, no podría ser Dios. Por eso en el Señor no hay ira ni violencia destructiva. Jesús en su naturaleza humana posee, como verdadero hombre que es, el apetito sensitivo irascible o, también llamado, movimiento pasional irascible. ¿En qué consiste? No en ira ni en violencia destructora sino en la inclinación firme del corazón a la consecución de un bien más allá de las dificultades, es decir, es la lucha clara y firme para oponerse a todo lo que no está bien. Es lo que acontece en este signo profético de la expulsión de los vendedores del templo. Actúa de forma elocuente y decidida pero sin dañar a nadie, sin destruir a ninguna persona.

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