Jerusalén; el Papa estuvo 50 minutos con el presidente turco Erdogan

Jerusalén; el Papa estuvo 50 minutos con el presidente turco Erdogan

Francisco le regaló un medallón que representa «un ángel de la paz estrangulando al demonio de la guerra, símbolo de un mundo basado en la paz y en la justicia»

Duró 50 minutos, mucho más de lo previsto, el encuentro entre el Papa y el presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan, que llegó a Roma para hablar con el Pontífice sobre Jerusalén, después de la decisión del presidente Donald Trump de mudar la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén, decisión criticada tanto por Francisco como por Erdogan y otros líderes del Medio Oriente. Francisco le regaló al presidente turco un medallón que (explicó en italiano con la ayuda de un intérprete) representa «un ángel de la paz estrangulando al demonio de la guerra, símbolo de un mundo basado en la paz y la justicia». 

  

El presidente Erdogan iba en compañía de su esposa, la primera dama Emine Erdogan (que llevaba un velo claro), su hija Esra, su yerno Berat Albayrak (que también es ministro para la Energía y los Recursos Naturales), el ministro del Exterior, Mevlut Cavasoglu, el ministro de Economía, Nihat Zeybekci, el ministro de la Defensa, Nurettin Canikli, y el ministro para los Asuntos europeos, Omer Celik, que también es el encargado del equipo de negociaciones con la Unión Europea. 

 

ANSA

  

 

La entrevista a puerta cerrada entre el Papa y el presidente de Turquía duró 50 minutos. La visita estaba prevista para las 9.30, pero Erdogan llegó al Vaticano, con un imponente séquito de más de veinte coches, pocos minutos después de las 9.30, con un breve retraso. La reina Isabel de Inglaterra, en 2014, llegó con 20 minutos de retraso; el presidente ruso Vladimir Putin, con 70 minutos de retraso en 2015 y, cuando visitó a Benedicto XVI en 2013, llegó 5 minutos tarde. A las 9.47, el presidente turco llegó a la Sala de San Ambosio; cuatro minutos más tarde salió el Papa de su biblioteca para darle la bienvenida en la Sala del Tronetto. «Le agradezco mucho por su interés», dijo Erdogan al Papa. «Gracias por su visita», respondió Bergoglio. El coloquio, a puerta cerrada y solamente con la presencia de un intérprete vaticano, duró hasta las 10.45, a pesar de que Francisco tuviera para las 10.15 un encuentro con los obispos caldeos. 

  

El Papa le regaló a Erdogan, presidente de un Estado que ha emprendido operaciones militares en Siria en contra de la localidad kurda de Afrin, un medallón que, explicó en italiano con la ayuda del traductor, representa «un ángel de la paz estrangulando al demonio de la guerra, símbolo de un mundo basado en la paz y en la justicia». «Gracias», respondió en italiano el jefe de estado del país anatólico. Francisco también le regaló al presidente turco un grabado de la Basílica de San Pedro, una copia de la encíclica ecológica «Laudato si’» y una copia del mensaje de la Paz que este año está dedicado a la no violencia. Erdogan, por su parte, le regaló al Papa un gran cuadro de mosaicos que representa la ciudad de Estambul (y le iba explicando cuáles eran algunos de los monumentos de la ciudad). «Bello, bello», iba comentando Francisco. También le regaló cuatro libros en italiano de Rumi (Mevlana), teólogo musulmán sufi y poeta de origen persa del siglo XIII. «Cosas místicas», dijo el Papa al agradecer por el presente. 

  

Francisco también saludó a toda la delegación turca (16 personas en total; cuatro mujeres con velo y dos sin él), intercambió algunas frases cordiales, particularmente con el embajador turco ante la Santa Sede, y después estuvo un momento alejado solamente con el presidente y su esposa. Francisco acompañó a la pareja presidencial turca a la puerta. «Encantada de haberle conocido», le dijo la primera dama en inglés y, después de que el Papa respondiera (probablemente pidiendo que rezara por él, como acostumbra) Erdogan dijo: «También nosotros esperamos una oración suya». El presidente turco y su esposa se despidieron inclinándose ligeramente y llevándose la mano al pecho. 

  

Después de la audiencia con el Papa se llevó a cabo el encuentro con el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado vaticano, en compañía del “ministro del Exterior” de la Santa Sede, monseñor Paul Richard Gallagher. El presidente turco, con su esposa y el séquito, visitarán la Basílica de San Pedro. 

  

Desde ayer por la tarde, había fuertes medidas de seguridad en toda la zona del Vaticano. Desde las primeras horas de hoy, las medidas se seguridad aumentaron al nivel máximo. Son 3500 los agentes desplegados para garantizar la seguridad en Roma por la visita de Erdogan.  

  

A las 11 de la mañana hubo una manifestación de protesta por la presencia de Erdogan en Roma, en Castel Sant’Angelo, a pocos metros del Vaticano, con la participación de asociaciones urdas y delegaciones de la Federación Nacional de la Prensa italiana y de la asociación “Articolo 21”. 

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El último presidente turco que había visitado el Vaticano fue Celal Bayar, quien en 1959 fue recibido por Juan XXIII (quien había sudo delegado apostólico en Turquía, de 1934 a 1943), cuando todavía no había relaciones diplomáticas bilaterales entre Turquía y la Santa Sede, instauradas oficialmente en 1960. Erdogan recibió al Papa en Ankara en noviembre de 2014. Después del anuncio de Trumo sobre Jerusalén, el Papa y el presidente turco han mantenido dos conversaciones telefónicas antes de este encuentro. 

  

Según una nota publicada ayer por la embajada turca en Italia, Erdogan habría hablado en el Vaticano sobre «las relaciones turco-vaticanas, sobre lo que ha pasado en relación con Jerusalén, sobre problemas regionales, sobre la tragedia humanitaria en Siria» (en donde desde el pasado 20 de enero está desarrollándose la operación militar turca “Ramo de olivo” en Afrin), «sobre la lucha contra el terrorismo, la xenofobia y la islamofobia».   

 

El Papa y Erdogan, escribió por su parte la agencia de prensa turca “Anadolu”, hablaron sobre la «importancia de subrayar los inconvenientes provocados por la decisión de Trump sobre Jerusalén, y evidenciaron que su decisión no debe ser aplicada». Según “Anadolu”, durante el coloquio entre el Presidente turco y el Pontífice, también se discutió sobre los «esfuerzos comunes contra la xenofobia y la islamofobia», y «subrayaron que es erróneo vincular el terrorismo con la religión». Erdogan, en particular, insistió que no hay que hacer la ecuación entre el terrorismo y el islam. 

  

Después de la audiencia al presidente turco, el Papa recibe a los obispos caldeos, en visita “ad limina apostolorum”. Entre ellos está François Yakan, administrador patriarcal de Diarbekir de los Caldeos, zona de mayoría kurda en Turquía, que es también el fundador de la ong humanitaria Kader, que trabaja en Turquía para ayudar a los refugiados de cualquier religión o etnia. El líder del grupo es el patriarca Louis Raphael Sako, que se encuentra en Roma desde hace algunos días porque participó en la conferencia "Tackling violence committed in the name of religion". El Papa recibió a los que participaron en esta conferencia y en aquella ocasión se dijo convencido de que «nuestra misión, como cristianos y musulmanes del Medio Oriente, es educar a nuestros pueblos a perseguir la paz, en primer lugar viviendo juntos en armonía». 

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