Jennifer Bergues: "Lo que más me impresionó del paso del Papa por Cuba fue el cariño que le tiene la gente"

"Este Papa ha ayudado a construir un puente sobre ese muro"

"¡¡¡Chícharo!!!" Se espantóJeni frente a la pregunta. Y rápidamente me aclaró "eso en Cuba es la pregunta que te puede hacer suspender el examen, (jeje)". Obviamente me fui al Diccionario de la Real Academia Española on line y descubrí que los famosos chicharos son nuestras arvejas o judías. Y claro, andando entre jóvenes tuve que aprender lo es algo "guay", o "joia", "legal", o "trucho", "mudala" y cosas así.

Tirar chicharos (a alguien) es poner un examen o prueba difícil en la jerga juvenil cubana. Pero esta santiguera de 21 años con esa naturalidad caribeña, siguió adelante con la entrevista. Jennifer Bergues Balart (Jeni, pronunciado Yeni). Ella es miembro del equipo Diocesano de Pastoral Juvenil de Santiago de Cuba. Está en el 4to año en sus estudios de Filología

Ella junto a su equipo estuvo muy comprometida en todo lo que tuvo que ver con la visita del papa Francisco a la isla. Nos cuenta su visión de lo vivido con ojos de joven cubana, cristiana protagonista de la vida en su país.

Jeni ¿Qué es lo que más te impresionó de la visita de Francisco?

De la visita de Francisco todo fue una sorpresa. Todo, desde el día en que me enteré por Zenit que era oficial el hecho de que estaría en Cuba, hasta ir descubriendo gesto a gesto cada uno de los detalles que ha tenido Francisco con los cubanos.

Pero si tuviera que decir, qué fue lo que más me impresionó, dijera que fue el constatarel cariño que la gente le tiene. Un cariño que va más allá de compartir o no la religión y que hace que los cubanos lo hayan seguido, paso a paso, por las calles, o se hayan saltado el día en las escuelas o en los centros de trabajo para no perderse ni una de sus palabras.

Descubrir gente que, históricamente encontrada con la Iglesia o al menos neutral, reconoce lo grande de este Papa y la sabiduría de sus palabras.

¿Qué de diferente notás en este Papa?

Bueno, en primer lugar es un Papa que habla en español. Aunque mi respuesta pueda parecer superficial, creo en la fuerte conexión que puede establecerse por la comunicación entre dos personas que comparten la misma lengua. Francisco habla en español y pone ejemplos cercanos a la vida de América, no solo porque la conozca, sino porque la comparte.

Creo que no caigo en chovinismos si digo que Francisco es un Papa marcado por lo americano, porque, aunque de padres italianos, se siente antes de todo argentino. 

Francisco no es el único Papa que ha salido a la periferia, no es el único Papa que ha llamado a la Iglesia a salir a la periferia.

La diferencia de Francisco a mi manera de ver es que sitúa la misión de la Iglesia en la periferia, no como una opción que puede darse el lujo de no hacer, sino como una misión que es su esencia. Él mismo lo ha dicho, prefiere una Iglesia desgarrada por salir al campo de batalla que una Iglesia intacta por estar encerrada en su comodidad. Al menos habremos salido, dice.

Esa opción, entendida como misión, por las periferias existenciales, a mi entender, no está desvinculada al hecho de que Francisco es sacerdote jesuita, el primero en la historia de esta orden en ser Sumo Pontífice. En todo amar y servir, esa parece ser su vocación.

Su sencillez, su vida llena de símbolos (como la de Jesús), su valentía de no quedarse en la epidermis sino ir a las causas de los males, su atrevimiento al llamar las cosas por su nombre y hablar de modelos económicos injustos y de comportamientos consumistas; su preocupación por el medio ambiente... son aspectos que si bien no son exclusivos de Francisco en él alcanzan la mayor plenitud.

¿Qué es lo que dicen los otros jóvenes de tu escuela, de tu barrio sobre lo que está pasando en Cuba con la visita del Papa?

Los jóvenes no han sido menos ante la popularidad que ha despertado Francisco. Él tiene don de gente, y eso es algo que la juventud reconoce muy bien. Ayer oí una historia... Una amiga me contaba que como parte de una asignatura que se da en la Universidad, llamada Preparación para la Defensa, se le orientó a ella y a su grupo que buscaran un lema.

El lema escogido fue: "Quien no vive para servir no sirve para vivir". Con esa frase se despidió Francisco en la misa en la Plaza de la Revolución, en La Habana, y la debo haber escuchado al menos 10 veces en los últimos días. Es solo una pequeña anécdota, pero que da la medida de cuánto han sido escuchado el mensaje que vino a traer.

 

Los jóvenes están muy esperanzados con el futuro y agradecidos por la labor que ha hecho Francisco como constructor de puentes. Había un muro especialmente difícil de franquear, y sentimos que este Papa ha ayudado a construir un puente sobre ese muro. Las relaciones Cuba-Estados Unidos hoy comienzan a descongelarse; se ponen sobre la mesa temas difíciles con algo menos de prejuicio y mucho más deseo de diálogo.

Aunque pueda demorar tiempo, se augura un futuro un poco más próspero para los cubanos y mayores posibilidades de encuentro y cercanía para tantas familias divididas. A esos cubanos que no están aquí también se dirigió la bendición de Francisco. A ellos fue su saludo desde que el Pontífice pronunció sus primeras palabras en la Isla en el Aeropuerto José Martí: "a miles de cubanos que están lejos de su patria". Eso tiene Francisco y a los jóvenes nos encanta: no se olvida de nadie, todos son importantes para él.

¿De todo lo que dijo el Papa? ¿Qué es lo que más te influyó, o más te marcó de lo que dijo Francisco estando en Cuba?

Muchas frases vienen a mi mente ahora que Francisco ya no está en Cuba. El que piensa diferente no es un enemigo, repetida tantas veces de tantas maneras distintas. En el atrio de la Catedral de Santiago de Cuba: "¡Cuiden a sus abuelos y a sus chicos!" y en el encuentro con las familias: "Las familias no son un problema, son principalmente una oportunidad".

A los jóvenes, ese inolvidable: "Soñá que el mundo con vos puede ser distinto, soñá que si vos ponés lo mejor de vos vas a ayudar a que ese mundo sea distinto"; o al pueblo cubano todo: "cuiden y sirvan, de modo especial, la fragilidad de sus hermanos. No los descuiden por proyectos que puedan resultar seductores, pero que se desentienden del rostro del que está a su lado".

En cada una hay una gran vocación humanista, y una apuesta fuerte por mantener la esperanza a pesar de todo. Frases certeras que llegaron a lo más hondo. No obstante, saliéndome un poco de la pregunta, quisiera aprovechar para mencionar un rasgo de Francisco que me impactó tanto como sus frases. Francisco te mira como si solo te mirara a ti. Como si en ese momento, a pesar de las cámaras, de los flashes, de los periodistas, de la seguridad vaticana, solo existieras tú. Te mira y te contempla, no tiene apuro para cambiar la mirada hacia otro sitio.

Rogelio Dean Puerta, joven a la espera de su ordenación sacerdotal, tuvo la oportunidad, junto a los seminaristas de Oriente, de estar cerca del Papa acolitando en la misa celebrada en el Santuario de El Cobre. Al finalizar, Francisco los saludó uno por uno, dándoles la mano y compartiendo palabras de cercanía. De ese encuentro, tan solo unos minutos después, me comentaba: "es como si tú fueras lo único que existe, él te mira a ti, absorto, no hay nada más importante".  

Mi papá, que estuvo en una de las avenidas de mi ciudad, para verlo pasar, dice que sintió lo mismo. Que por un segundo la mirada de Francisco que pasaba en el Papamóvil se detuvo sobre él y sintió que lo miraba profundamente. Él me cuenta que las personas que estaban a su alrededor decían lo mismo: "¡Me miró, me miró!".

Ese gesto, fue una de las más grandes impresiones que tendré de él. Ahora me pregunto cuánto estará relacionado con el lema de su Pontificado: "Me miró y me escogió", del cual tendemos a relativizar el primero dándole importancia al segundo verbo, cuando es la mirada (de Dios Padre) el más grande gesto de cercanía.

En nuestros países latinoamericanos y en los de África, la juventud siente muchas veces que otros países son mejores que los nuestros. El papa habló principalmente de los sueños de la Juventud y de la esperanza

¿Qué te sugiere que le diga a los jóvenes cubanos lo siguiente "La esperanza se da en el trabajo y aquí me quiero referir a un problema muy grave que se está viviendo en Europa. La cantidad de jóvenes que no tienen trabajo. Hay países en Europa que jóvenes de 25 años hacia abajo viven desocupados en un porcentaje del 40 por ciento. Pienso en un país. Otro país el 47 por ciento, otro país el 50 por ciento"?

Esta es seguramente la pregunta más difícil.

Las personas (me imagino que sobre todo las de países subdesarrollados) tendemos a idealizar lo foráneo, lo que no conocemos. Realmente es muy fácil que nuestra realidad sea desventajosa en comparación con la realidad ideal y muchas veces perfecta que nos construimos. Eso no significa que, a pesar de las idealizaciones, no lo sea en realidad.

Es complicado de decir, pero yo creo que Francisco quiso decirnos algo así como: ¡Despierten, ustedes no son los únicos que tienen problemas en el mundo! Allá afuera hay miles de jóvenes con problemas como los de ustedes que están buscando la solución. ¿Están conscientes de que son ustedes los que tienen que buscar la solución? Y aquí recuerdo las palabras de un sacerdote amigo que dice a menudo: los jóvenes no son el problema, son la solución. Creo que Francisco quiso decirnos eso: dejen de pensar en los problemas y potencien sus puntos fuertes, dejen de huir y construyan una realidad mejor. 

Cuando Francisco dice "trabajo", "la esperanza se da en el trabajo", yo entiendo tambiénla esperanza está en la creatividad. Adolfo Nicolás, superior General de los jesuitas, en una visita a nuestro país hace casi un año nos decía a los jóvenes: sean creativos. A mí me gusta pensar que la esperanza se da en el trabajo (viéndolo como mucho más que empleo) y la creatividad. Los jóvenes, no solo los cubanos, los del mundo, tenemos que poner trabajo y creatividad, para dejar de estar en el mundo "en que nacimos", el mundo "que nos tocó", y empezar a vivir en el mundo que soñamos. Un mundo en el que un 50% de los jóvenes no estén desempleados, ni siga imperando la lógica de las dinastías.

Y ahora que el Papa vuelve a Roma ¿Qué queda para hacer en Cuba? ¿Cómo continúan las cosas para todos Uds.?

Después del "ciclón Francisco" (como dijo mi párroco en la misa dominical), siento que todo es un poco distinto. Se retiran los carteles, algunas personas comienzan a quitar las pegatinas... quizás en un par de meses no haya ningún símbolo físico de que Francisco estuvo aquí. Sin embargo, algo es distinto, y eso se percibe al hablar con la gente.

Ni siquiera hablo de los católicos o de los jóvenes, me atrevería a decir que el cubano en general ha salido impactado con las palabras del Papa. Más que una fascinación absoluta por ellas, siento que las personas han reflexionado mucho sobre lo que él dijo. Palabras como reconciliación, diálogo, encuentro con las diferencias del otro... nos han dejado pensando.

Creo que esa es la mayor riqueza de su visita, lograr que cada cual se cuestione desde su vida, cuánto de abiertos estamos a lo diferente, cuán dispuestos estamos a aceptar al que no piensa igual. Los cambios verdaderos comienzan por ahí, por un cuestionamiento y una revolución en el interior de cada cual; solo desde ahí se pueden crear prácticas institucionales más justas e inclusivas. Solo desde ahí se puede pensar en un verdadero y real cambio.

Las palabras de Francisco fueron una estocada a las esquematizaciones, a ver lo blanco o lo negro y olvidar los grises, a la tendencia de demonizar o santificar políticas y procesos, a cualquier ideología fundamentalista y carente de matices. Yo creo que eso la gente lo percibió muy bien, y me parece que las personas siguen pensando en eso. Es como oír una verdad que se suponía aprendida pero que habíamos desterrado de nuestras prácticas.

Creo que la gente captó muy bien que el amor está por encima de las diferencias y que el amor al otro está por encima de todo. Miro el futuro con esperanza y espero que Dios actúe para que después de esta visita sea cada vez más difícil subordinar al amor y al hombre a una ideología o a una consigna.

Así que lo que nos queda por hacer en Cuba me parece que pasa por no olvidar esas sabias palabras, esos pequeños gestos que el Padre nos regaló en Francisco. Con la gracia del Espíritu esas frases de amor y generosidad pueden mover montañas.

 

A la Iglesia en particular me parece que le corresponde sobre todo aprovechar este momento de gracia especial que le sigue a la visita de un Sumo Pontífice. Cuando digo aprovechar me refiero a explotar las posibilidades de misión, de salir fuera de nosotros mismos para que la Iglesia sea la primera callejera de la fe.

Momentos como estos son todo un reto y a la vez un regalo del Padre. Un regalo porque las personas están más abiertas a la idea de Dios; y un reto porque siempre somos pocos para evangelizar a una sociedad que, aunque tiene tradición católica, hace muchos años dejó de ser practicante.

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