Islámicos rezan por la visita del Papa a África

Islámicos rezan por la visita del Papa a África

“Los musulmanes esperan mucho de él porque es capaz de romper todas las barreras que los hombres ponemos”, afirmó uno de los sacerdotes que estará en Bangui con el Papa. Destacan que su papel neutral puede llevar a la reconciliación política y religiosa.

«El mensaje del Papa que llega a la República Centroafricana tiene un sabor verdaderamente ‘franciscano’: como San Francisco, que fue a Tierra Santa durante los combates de las Cruzadas, el Pontífice llegará aquí en medio de la guerra para traer palabras de paz, para decirnos que es posible vivir juntos, cristianos y musulmanes». El padre Jean Marius Toussaint Zoumalde es un sacerdote de la orden de los frailes capuchinos, una de las tantas familias religiosas que nacieron siguiendo la espiritualidad del santo de Asís. Desde Bouar, en el oeste del país, en donde vive, está por viajar a Bangui, última etapa (entre el 29 y el 30 de noviembre) del viaje de Francisco a África.

Como él viajarán muchos desde su ciudad, aunque la inseguridad que han provocado tres años de guerra civil y la falta de medios no dejarán que muchos grupos de fieles puedan llegar a la capital, que se encuentra en el extremo sur del país. «Pero todos están unidos en la oración —continuó el padre Toussaint Zoumalde—, y se preparan para esta visita, incluso los musulmanes». Y este último es un detalle de relieve: el conflicto entre dos grandes grupos de milicias (la ex-coalición rebelde Seleka y los combatientes Antibalaka) se ha recrudecido, por lo que han aumentado la desconfianza y las tensiones entre las dos grandes comunidades religiosas del país. Una tendencia que los religiosos locales siempre han tratado de contrarrestar, empezando por el arzobispo de Bangui, Dieudonné Nzapalainga, el presidente de la Alianza Evangélica, el pastor Nicolas Guérékoyaméné-Gbangou, y el imán Oumar Koubine Layama. Lo mismo quiere hacer Jorge Mario Bergoglio, que se reunirá también con la comunidad islámica en la mezquita central de la capital.

«La figura de Francisco —explicó el fraile capuchino— es una figura capaz de entrar en contacto con todos, de romper todas las barreras que nosotros los hombres ponemos entre unos y otros, y también los musulmanes esperan mucho de él: son muchas las situaciones que todavía requieren solución». Particularmente tensa es la del Pk-5, de mayoría musulmana, en Bangui, centro de muchos de los desórdenes de los últimos meses. Para el religioso hay una razón por la que el Pontífice podría dar a los centroafricanos el signo de reconciliación que buscan: «No es un hombre polaco, es una personalidad internacional, neutral», por encima de las partes, sin vínculos con ninguno de los líderes que ha habido desde que el general François Bozizé fue arrancado de la presidencia por un golpe de los milicianos de la Seleka.

«La llegada del Santo Padre podría ayudar a los gobernantes a cambiar algo, a hacer que termine esta larguísima transición», añadió el padre Zoumalde. El mandato de las autoridades provisionales, que hoy están bajo la guía de Catherine Samba-Panza, después de la breve presidencia del ex-comandante de Selena, Michel Djotodia, se ha alargado varias veces, paralelamente con las postergaciones de las elecciones generales. A pesar de las dudas sobre la efectiva capacidad de voto de los refugiados (470.000, casi la décima parte de la población) y de las decenas de miles de desplazados internos, la última fecha para las elecciones fue fijada para el próximo 27 de diciembre, y se verificó un cambio justamente ante la inminencia de la visita del Papa: «La confirmación de su viaje —indicó el sacerdote de Bouar— hizo que las autoridades de transición comenzaran algunos trabajos en Bangui, para reconstruir calles y otras estructuras».

Un nuevo inicio también es el que, se espera, podría desencadenar una de las decisiones de Francisco: la de abrir por primera vez la puerta santa del Jubileo fuera del Vaticano y en territorio africano. «Para nosotros fue inesperado y todavía nos parece increíble —indicó el padre Toussaint Zoumalde.  Existen iglesias con más de 2000 años de historia, mientras que la nuestra tiene menos de 200; sin embargo, el Papa eligió las puertas de la catedral de Bangui para dar inicio al Jubileo de la Misericordia: de esta manera nos demuestra cuán unitaria es la Iglesia, la única Iglesia de Cristo en camino, aunque tenga diferentes rostros».

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