Irlanda contactó al ex alumno del colegio Cardenal Newman que fue víctima de curas pedófilos

Irlanda contactó al ex alumno del colegio Cardenal Newman que fue víctima de curas pedófilos

La Oficina de Servicios de Protección de la Guardia Cívica (GNPSB, por su sigla en inglés) le envió un mail a Rufino Varela, el único ex alumno que hasta ahora contó públicamente los abusos que sufrió en la escuela donde se formó el Presidente y gran parte de su equipo de trabajo

La denuncia generó una conmoción en el país y trascendió las fronteras: la policía de Irlanda se comunicó con Rufino Varela, un ex alumno del colegio Cardenal Newman, de 52 años, quien afirmó haber sido víctima de curas pedófilos durante su paso por la institución educativa a la que asistieron Mauricio Macri y varios integrantes de su gobierno.

Se trata del único ex estudiante de esa escuela que hasta ahora se animó a dar testimonio público de los acosos ocurridos hace más de 40 años. Y contó que tiene constatados 22 casos de personas que fueron abusadas y hoy tienen entre 50 y 60 años.

Esta semana, la Oficina de Servicios de Protección de la Guardia Cívica (GNPSB, por su sigla en inglés) le envió un mail en el que se le informa por medio de un agente que la oficina de minoridad (TUSLA) abrió una investigación para conocer la responsabilidad de la congregación "Christian Brothers", que está a cargo de la escuela, tanto en los abusos como en el encubrimiento.

"Me contactaron para decirme, 'nosotros no podemos hacer nada porque allí tienen su Justicia', pero tenemos que informar a todas las asociaciones protectoras de niños que el brother John Burke -estuvo a cargo del colegio durante 18 años, cuando se tapó todo- está aquí en Irlanda", contó Varela en diálogo con Ernesto Tenembaum por Radio Con Vos.

Rufino Varela con el uniforme del Newman

Luego de contar públicamente su calvario (fue abusado en su casa y en el colegio), el ex alumno del Newman comenzó a recibir varias denuncias: "Me llegan infinidad de casos y el 85% son abusos intrafamiliares".

"Yo tengo 22 casos de los cuales 20 son del padre Alfredo. A mí no me cambió contarlo, aunque a veces me pregunto para qué lo hice. Sin embargo, muchos no se sienten víctimas y te dicen: 'Yo no fui abusado, pero me puso en bolas y me dio 25 cinturonazos; u otro habla de frasquitos de semen; o está el que te cuenta que lo masturbaron…".

"Esto pasó, yo lo único que quiero es que se den cuenta de que si seguimos tapando el pasado, nos vamos a golpear contra las paredes y esto va a seguir pasando", apuntó Rufino Varela.

El pasado 10 de abril, en una carta pública, el hermano Hugo Cáceres, superior regional de la congregación de los Christian Brothers de América Latina, pidió perdón a "todas las víctimas" del colegio, dando por hecho que Varela no había sido el único.

También el Director de la institución, Alberto Olivero, reconoció al difundir la carta de Cáceres que "en los últimos meses" habían tomado conocimiento de "más casos de abuso cometidos hace 30 años".

Para entonces, el Newman, uno de los colegios más exclusivos de la Argentina, era una olla a presión dividida entre quienes apoyaban a Varela y los que le reprochaban haber lavado los trapos sucios fuera de casa.

El caso de Varela y de lo que había ocurrido en la institución religiosa a la que asistió el presidente Mauricio Macri y buena parte de su gabinete (por sus aulas pasaron Luis Caputo, Jorge Triaca, Alfonso Prat Gay -ex titular de Hacienda-, entre otros), adquirió gran notoriedad luego de que el ex alumno recibiera un llamado del papa Francisco.

El 14 de marzo pasado, Varela había decidido reencontrarse después de 40 años con muchos de sus ex compañeros y se sumó a un asado en una parroquia de Virreyes. Creía que el llamado del papa Francisco para pedirle perdón en nombre de la Iglesia podía haber calmado los ánimos entre sus ex compañeros.

Pero haberse convertido en una de las pocas víctimas de abuso sexual en recibir un llamado del mismísimo Papa no hizo más que profundizar las divisiones. Varela escuchó primero recriminaciones, pero poco a poco otros se animaron a contar lo que les había pasado y así supo que la lista era extensa.

En el mail que Varela recibió la semana pasada, la policía de Irlanda le pide que "acerque el contacto de otras víctimas y también de los abusadores que podrían seguir vivos".

Poco tiempo después de que se conociera la carta del titular de los Christian Brothers, otro grupo de ex alumnos envió un correo al colegio exigiendo explicaciones. Entre otras cosas, pedían crear una comisión para investigar los abusos y "repudiar la falta de denuncia pública por parte del Colegio Newman sobre el ilícito ocurrido décadas atrás". La carta lleva la firma de muchos ex alumnos de familias con varias generaciones educadas en la institución.

Hasta ahora, el colegio se limitó a ofrecer disculpas públicas y sólo lo hizo después de que Varela decidiera contar lo que le había ocurrido.

Varela contó a la agencia Télam que a lo largo de 2016 se reunió en cuatro oportunidades con Alberto Olivero, director del Newman, y una vez con el sacerdote John Burke, ex rector del colegio cuando ocurrieron los abusos denunciados. Todas las veces reclamó lo mismo: un pedido público de perdón.

La intervención de la policía de Irlanda abre un nuevo capítulo centrado esta vez en John "Brother" Burke, quien actualmente vive en ese país y estuvo a cargo del colegio durante 18 años.

Los Christian Brothers fundaron su primera escuela en 1802 en Dublín, y desde entonces llegaron a abrir unos 200 establecimientos en todo el mundo. Sin embargo, los casos de pedofilia llevaron a una crisis a la congregación: al menos 400 sacerdotes en Irlanda y otros 280 en Australia fueron condenados por abuso sexual de menores, en dos de los mayores casos conocidos hasta ahora.

Ubicado en San Isidro, el Newman es uno de los pocos colegios que sigue siendo sólo para varones. Aunque desde hace varios años el Newman está a cargo de un laico, la congregación sigue manejando los principios del colegio, y en octubre del año pasado Burke viajó especialmente para la cena anual de camaradería.

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