La Iglesia riojana, dura con la política económica de Nación

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El obispo Marcelo Colombo sostuvo que el país vive “un año muy difícil en materia económica” y lamentó los cientos de despidos en el Parque Industrial. Aduce que la gestión Macri está obsesionado “por el control del déficit fiscal” y pidió que “los ajustes no se sigan haciendo sobre la vida de los pobres”. Fue en su discurso durante la procesión  invierno de San Nicolás en la Capital riojana.

Ya sin medias tintas, la máxima autoridad de la Iglesia riojana le pegó duro a la política económica del gobierno nacional. Hablamos del obispo Colombo, quien tuvo frases contundentes al respecto.

Por ejemplo, sostuvo que Argentina vive un año muy difícil en materia económica y un dato elocuente de esa realidad son los despidos y suspensiones en la industria riojana.

Luego, cuestionó la falta de gradualismo durante el tarifazo, la no baja de la inflación y el alto valor de los precios de alimentos de primera necesidad para las mesas de la familia.

Además, deslizó que el gobierno nacional está obsesionado con la baja del déficit fiscal y fue contundente al pedir que ello no se haga “con la vida de los pobres”.

Textual, el crítico discurso del obispo Colombo:

Como cristianos no sólo miramos o sufrimos la realidad, queremos comprometer nuestras energías para transformarla. Por eso, al celebrar la memoria de nuestro Santo moreno, tenemos la oportunidad de manifestar nuestro interés y preocupación por los grandes temas que nos afectan como riojanos. Es la novedad del cristianismo. La encarnación del Hijo de Dios nos invita a asumir nuestra propia vida y misión.

Dejamos atrás un año muy difícil en materia económica: Varias empresas del Parque industrial y del interior de la provincia se han visto obligadas a dar vacaciones anticipadas. Es un dato elocuente de una realidad que golpea a numerosas familias de trabajadores. El alza de las tarifas de servicios públicos y el incremento de los precios, principalmente de los alimentos de la canasta familiar y de insumos de primera necesidad ha agravado la situación.

A las discusiones en torno al gradualismo de algunas medidas económicas, le siguen hoy las insistencias sobre el control del déficit fiscal. Desde este lugar sagrado es necesario sostener con todo vigor que los ajustes no se sigan haciendo sobre la vida de los pobres. Por eso, el Estado no debe abandonar su función social indelegable. Seguramente hay otros sectores que tienen mucho para aportar en esta hora dura y amarga. Sobre todo si en el origen de su fortaleza económica ha estado la especulación financiera o injustificadas corridas de precios.

No puedo olvidar el dramatismo de aquella pequeña asamblea de productores de Corral de Isaac durante mi reciente visita pastoral: “Padre, no queremos desaparecer” fue la expresión de una señora para referirse a la dura situación de este sector productivo local. O de un grupo de personas que me entrevistó esta semana: “No queremos bolsones, queremos trabajo.”

En nuestra provincia, el signo auspicioso de la convocatoria al Consejo Económico y Social durante el año pasado, promete ser en 2017, un instrumento al servicio del bien común no sólo para aportar elementos de diagnóstico sino también en la línea de buscar la generación de consensos. Nadie puede negarse a trabajar por el bien de la provincia ni tener la mezquindad de apostar al fracaso de aquellos legítimos espacios de diálogo y búsqueda común de soluciones. Por eso es imprescindible preservar a esta herramienta de consenso social de cualquier vinculación política electoralista. Trabajar juntos. Trabajar con ganas. Trabajar por todos. No es tan difícil. No podemos fallar. Es por nuestra gente. Es por nuestros pobres. Es por La Rioja.

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