La Iglesia “oficial” china apoya “sinceramente” el acuerdo

La Iglesia “oficial” china apoya “sinceramente” el acuerdo

La Asociación Católica Patriótica difundió un comunicado en el que desea que contribuya a avanzar más en la normalización de los nexos entre Beijing y Roma. No obstante, expresó: "Seguiremos el camino de adaptación a la sociedad socialista".

“La Asociación Católica Patriótica y la Conferencia Católica de Obispos en China apoyan sinceramente” el acuerdo, indica la declaración incluida en la página web del organismo.

El acuerdo permite que el Vaticano reconozca a siete obispos nombrados por Pekín; a su vez, China acepta que el Papa tenga poder de decisión sobre la designación de los prelados en las más de 140 diócesis de su territorio.

La comunidad católica china, de cerca de 12 millones de fieles, está dividida entre la Iglesia clandestina, de aquellos que solo aceptan la autoridad papal, y la “Iglesia patriótica”, sometida a la vigilancia del Estado.

En el comunicado de este domingo, la Iglesia Patriótica expresa el “profundo amor a su patria” y reitera el compromiso a “seguir el camino de adaptarse a la sociedad socialista, y bajo el liderazgo del Partido Comunista de China, colaborar con todas las nacionalidades del país para lograr la grandeza de la nación China”. Al mismo tiempo, espera “que las relaciones entre China y el Vaticano continúen mejorando”.

El acuerdo ha sido acogido con división de opiniones en China. Mientras algunos consideran que deja en una difícil posición a los fieles de las parroquias clandestinas, otros expresan la esperanza de que sirva para unir gradualmente a las dos comunidades. Aunque los medios oficiales insisten en que el pacto cuenta con un apoyo muy mayoritario. “Los críticos son solo una minoría muy ruidosa”, publicaba el diario Global Times, de corte nacionalista, citando a un obispo del Vaticano.

El anuncio de este sábado llega cuando China, que solo reconoce cinco creencias ─el budismo, el taoísmo, el islam, el catolicismo y el protestantismo─ está endureciendo de nuevo su control sobre las prácticas religiosas.

Una serie de regulaciones que entraron en vigor en marzo de este año estipula que solo se puede celebrar el culto en lugares registrados con las autoridades; también imponen restricciones sobre la enseñanza religiosa a los menores. A comienzos de este mes, el Gobierno en Pekín ha presentado un proyecto de ley que obliga a las organizaciones que quieran diseminar contenido religioso a recibir una licencia de las autoridades de sus respectivas provincias. Estas organizaciones no podrán emitir contenido en directo ni transmitir su información religiosa por internet ─sea vídeo, texto o audio─ fuera de sus propias plataformas.

El proyecto de ley también prohíbe la oposición al Partido Comunista de China, actividades que inciten a la subversión o promuevan el extremismo.

El Ministerio de Exteriores chino ha dado también la bienvenida al acuerdo. “China y el Vaticano continuarán manteniendo sus comunicaciones e impulsando el proceso de mejora entre ambas partes”, ha señalado en una sucinta declaración.

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