La Iglesia cuestionó que no se haya debatido sobre corrupción

Lo hizo saber a través del obispo de San Francisco. Igual, hubo satisfacción por una confrontación “respetuosa”.

La Iglesia no sólo evidenció ayer su satisfacción por la concreción del debate presidencial de cara al balotaje de este domingo por considerar que le suma calidad al sistema democrático. También celebró el hecho de que los dos candidatos pudieron mantener una conversación respetuosa -si bien no exenta de cruces fuertes- y dispensarse saludos cordiales. Con ello, las fuentes eclesiásticas dieron a entender que el debate podría ser el inicio de un tiempo de menor confrontación y descalificación, un estilo que ejercitó con fruición el kirchnerismo y que los obispos tanto de criticaron.

Acaso el que mejor sintetizó la posición dominante en la Iglesia tras el debate fue el obispo de San Francisco, Córdoba, monseñor Sergio Buenanueva quien consideró que “el abrazo final de Macri y Scioli es ya una Argentina distinta. Es mejor. Es más”. Buenanueva lo dijo a través de las principales redes sociales, Facebook y Twitter, ocasión en la que también opinó que “este debate, con todos sus límites, es un paso adelante en la construcción de nuestra democracia”.

Con todo, el obispo de San Francisco lamentó que ni Scioli ni Macri hayan utilizado el debate para discutir sobre la corrupción, que considero un “tema de fondo”. En ese sentido, se preguntó: “¿por qué no salió el tema de la corrupción? Es un tema de fondo. Algún día tendremos que entenderlo. Con todo, consideró que el debate del domingo fue “mejor que el primero” (tras las internas abiertas) porque “fue más vehemente”, si bien señaló que “faltaron respuestas”.

De todas formas, Buenanueva concluyó que “este debate, con todos sus límites, es un paso adelante en la construcción de nuestra democracia”. De hecho, la Iglesia venía impulsado su realización desde hacía tiempo, sea de palabra, sea a través de organismos eclesiales y laicales vinculados a la Conferencia Episcopal. De hecho, el presidente de la Pastoral Social monseñor Jorge Lozano, lo había pedido públicamente.

Más aún: en marzo los obispos habían difundido un documento ante el año electoral -“Las elecciones exigencia de compromiso ciudadano”-, en el que señalaban que “es necesario que cada candidato haga conocer con claridad y detalle lo que se propone impulsar y realizar. En este sentido, nos parece indispensable que se organicen debates serios y a fondo, donde se puedan confrontar propuestas y proyectos. Es inaceptable evadir el debate de ideas y plataformas”.

Por su parte, el presidente de la Comisión Justicia y Paz del Episcopado –que integran personalidades católicas laicas-, Emilio Inzaurraga, manifestó su complacencia tanto or el debate como por el modo en que fue presentado. “Lo que no me pareció tan bien es que no contestaban las preguntas que ellos mismos se formulaban. Cada uno contestaba a esas preguntas con su propio discurso”, señaló.

Por otra parte, Inzaurraga destacó que “el debate tiene esa gran posibilidad de ver los gestos, las actitudes, la disposición al diálogo de cada uno de los candidatos”. Pero dijo que le habría gustado que “hubiera menos chicanas y más propuestas”. Aunque reconoció que “la moderación estuvo muy bien. Todos hicieron un esfuerzo por respetar las normas del debate”.

Finalmente, consideró que con el debate de este domingo “se inició un camino y tenemos que seguir caminando. Los debates aportan mucho a la amistad social y a la vida democrática”. Y concluyó: “muy bueno fue también que haya un 53% de rating: había avidez del pueblo por conocer un poco más a los candidatos.”

De hecho, la Iglesia quiere un mayor involucramiento de la sociedad en la vida cívica del país. Y el informarse es el primer paso.

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