En la mañana del 14 de junio de 1977, Mauricio Silva fue secuestrado mientras barría las calles del barrio porteño de Villa General Mitre. En la esquina de Magariños Cervantes y Terrero, el sacerdote se convertía en uno de los 80 ochenta religiosos católicos desaparecidos y asesinados durante el terrorismo de estado que dominó el país a partir del 24 marzo de 1976, de acuerdo a la Co.Na.Dep.

Mauricio Silva Iribarnegaray pertenecía a la Fraternidad del Evangelio, y aparte de desarrollar su actividad pastoral, trabajaba como barrendero en la ex M.C.B.A. desde 1974 en el Corralón de las Villas.

“El 14 de junio, en coincidencia con la fecha de su detención-desaparición, tiene el sentido de compromiso con la memoria, desde un contexto histórico, donde la vida de las personas qué, por defender a los humildes, pertenecer a la clase trabajadora, sostener sus convicciones políticas y sociales, eran consideradas peligrosas y sufrían el martirio que significó la aplicación de la política del terrorismo de Estado en la Argentina” dice el legislador porteño Gustavo Vera quien presentó el proyecto de homenaje al cura barrendero y que la Legislatura porteña aprobó sin objeciones declarándolo  como el "El Día del Barrendero".

El acto se llevará a cabo el miércoles 14 a a las 13 hs, en el salón Felipe Vallese de la CGT, ubicado en la calle Azopardo 802 de la Ciudad de Buenos Aires, donde se entregarán placas en honor al cura barrendero. Organizado por el titular de la Alameda y legislador porteño, Gustavo Vera, y el secretario adjunto de Camioneros, Pablo Moyano, el acto será clausurado por el secretario general de Camioneros, Hugo Moyano.

 

“Mauricio buscó en esos momentos vivir el Evangelio en el último lugar que era hacerlo como barrendero. Una tarea que en esa época no era bien vista, además de precaria. Su compromiso de vivir el Evangelio en la espiritualidad de Carlos de Foucauld y siguiendo el modelo de Jesús de Nazareth, el Jesús carpintero, el  Jesús anónimo fue lo que lo hizo feliz en ese tiempo” reflexiona Alicia Vazquez, ex secretaria de Cultos del Gobierno de la Ciudad, autora del libro sobre el padre Mauricio Silva titulado `Gritar el evangelio con la vida`.

Quienes compartieron con él su paso por el seminario de los Salesianos recuerdan que dejó una huella imborrable por su vocación, carisma que lo acompañó como sacerdote en la Patagonia. “Como hermano del Evangelio buscó y deseó vivir el Evangelio y dar su vida por vivirlo por eso acompañó  a sus compañeros barrenderos en la lucha por la democratización de su sindicato” agrega Alicia para quien hoy Mauricio “sería un cura identificado con el compromiso de la opción preferencial por los pobres… no aceptó ningún lugar especial por ser cura… pero sí acompañó en la  búsqueda de la dignidad y el respeto de aquellas personas que trabajaban en la calle recogiendo la basura".

Aunque hoy muchos barrenderos tienen condiciones más dignas, sigue habiendo muchos que viven en y de, y trabajan con la basura y a quienes Mauricio quería llegar en su compromiso con los más pobres: los cartoneros, y con ese sentido el capellán del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y sacerdote de la Villa 21-24 de Barracas Lorenzo "Toto" de Vedia, celebrará a las 17 hs una misa en el hall de la Estación Constitución de trenes en presencia cooperativas de cartoneros y barrenderos.

“Es necesario desarrollar proyectos que mantengan la memoria viva, para que las nuevas generaciones retransmitan a las futuras la verdad de lo ocurrido y sientan la obligación de supervisar el cumplimiento de los Derechos Humanos. Este tipo de homenajes debe ir evolucionando en el marco de la lucha por los derechos sociales y políticos, y nosotros los legisladores, somos los mandatarios para realizar hoy este sincero acto de Justicia” expresó Vera.