“Hay hermanos viviendo en condiciones miserables”, advirtió monseñor Lozano

“Hay hermanos viviendo en condiciones miserables”, advirtió monseñor Lozano

 “Hay hermanos viviendo en condiciones miserables”, advirtió el arzobispo coadjutor de San Juan de Cuyo y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Eduardo Lozano, al referirse a la situación económica del país. 

En una entrevista concedida al diario Perfil, el prelado también consideró “inadecuado e inoportuno” el fallo de la Corte Suprema que concedió el “2x1” en un caso de crimen de lesa humanidad, y aseveró: “Lejos de contribuir con la sociedad, renueva el dolor de las heridas y provoca enojos”.

“Hay hermanos viviendo en condiciones miserables”, advirtió el arzobispo coadjutor de San Juan de Cuyo y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Eduardo Lozano, al expresar preocupación por la situación económica del país. 

En una entrevista concedida al diario Perfil, el prelado también consideró “inadecuado e inoportuno” el fallo de la Corte Suprema de Justicia que concedió el “2x1” en un caso de crimen de lesa humanidad perpetrado en la última dictadura. 

—¿Está a favor o en contra del fallo de la Corte Suprema sobre el 2x1? 

—Es un fallo que ha sido muy cuestionado en general. A mi entender es inadecuado e inoportuno. Lejos de contribuir con la sociedad, renueva el dolor de las heridas y provoca enojos. 

—¿Y de la prisión domiciliaria a los acusados por delitos de lesa humanidad? 

—Las condiciones inhumanas de detención en la cual se encuentran todos los presos ha sido objeto de preocupación del Episcopado. Sobre esta cuestión realizamos una declaración en noviembre de 2015, titulada “Estuve preso y me viniste a visitar”. En todas las personas detenidas hay cuestiones humanitarias, de enfermedad y de edad que hay que observar. 

—¿La Iglesia plantea reconciliación entre víctimas de la guerrilla y de la dictadura? 

—La palabra reconciliación tiene un valor muy importante para el cristianismo. Pero buena parte de la sociedad la vincula con impunidad. Es necesario recorrer el camino de la búsqueda de la verdad, reconocer los hechos deplorables, el arrepentimiento de quienes sean culpables, y la reparación de los males provocados. 

—¿Está a favor de la teoría de los dos demonios? 

—No estoy de acuerdo con esa teoría. Hubo delitos de secuestros y asesinatos de parte de grupos guerrilleros, pero que de ninguna manera se pueden comparar con los crímenes cometidos desde el Estado, que debe velar por la Justicia y la integridad de las personas. No hubo en los 70 un enfrentamiento entre dos bandas. 

—¿Qué rol tuvo la Iglesia en la última dictadura? 

—Hubo sectores y personas que fueron cómplices por su silencio; algunos que bendijeron a los que cometían los delitos tan graves como secuestrar, torturar y matar. Otros que con su predicación no advirtieron el mal que se cometía. Todas actitudes y conductas reprobables que me duelen y avergüenzan. Pero también estuvieron quienes se animaron a acompañar los reclamos por los derechos humanos vulnerados. 

—¿Cómo ve la situación económica y qué expectativas tiene? 

—Hay muchos hermanos viviendo en condiciones miserables sin acceso a los derechos básicos. La riqueza que se ha generado en los últimos años, habitualmente no se ha invertido en emprendimientos productivos para generar más trabajo, sino que se ha volcado al circuito financiero.

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