Hasta que la pena de muerte los separe

Hasta que la pena de muerte los separe

El cardenal de Lima, Juan Cipriani, considera que el texto de los obispos de Perú es “incompleto”, “porque el aborto es más grave que la pena capital”

por Alver Metalli

La campaña electoral peruana divide a la Iglesia. O para ser más exactos, al cardenal de Lima, Juan Luis Cipriani, de un grupo considerable de la Conferencia Episcopal de su país. El detonante fueron las opiniones de la hija del ex presidente Alberto Fujimori que compite por la presidencia –el 5 de junio se llevará a cabo el ballotage entre Keiko Fujimori y el segundo candidato, Pedro Pablo Kuczynski-, quien no considera que la pena capital esté mal en ciertos casos, como el de quien “viola a un niño menor de 7 años”. Una persona así “no merece vivir”, afirmó la virtual futura presidente del país andino.

No es de la misma opinión el Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal de Perú, formado por 12 de los 47 obispos del país, quienes reconocen que la doctrina católica admite “en casos de extrema gravedad el recurso a la pena de muerte”, pero citando al Papa Francisco concluyen que “hoy en día la pena de muerte es inadmisible”.

El arzobispo de  Lima considera que esta posición es parcial e incompleta y se ha sentido en la obligación de señalar los errores y tomar distancia de sus hermanos del Episcopado. El cardenal Cipriani explicó el 30 de abril en el programa Diálogos de Fe de Radio Programas del Perú Televisión que “no parece que sea una visión de conjunto de lo que son los principios de la Doctrina Social de la Iglesia”. Aclaró luego que no era su propósito “defender la pena de muerte, pero sí estoy diciendo que me parece incompleto que cuando hay miles y miles de abortos, y cuando tenemos el acecho del tema de la unión de homosexuales, salga un comunicado muy sesgado, muy parcial, que es fácil de identificar”.

Lo que también divide al cardenal de Lima, notoriamente cercano al Opus Dei, de la mayoría de los obispos de su país que suscriben el documento recién publicado -donde se condena la pena de muerte para la que demuestra cierta apertura la hija de Fujimori-, es el peso que tendría este tema en el conjunto de las cuestiones morales codificadas por la doctrina católica.

Citando una carta de 2004 escrita a los obispos de Estados Unidos por el Papa emérito Benedicto XVI –en aquel momento cardenal Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe- el cardenal Cipriani recuerda que “no todos los asuntos morales tienen el mismo peso moral, por ejemplo el aborto y la eutanasia –o sea, matar al niño o matar al anciano”.

El texto del cardenal Ratzinger citado por el purpurado peruano sigue diciendo que, “si un católico discrepara con el Santo Padre sobre la aplicación de la pena de muerte o sobre la decisión de hacer una guerra no sería indigno de recibir la Sagrada Comunión”. El cardenal Cipriani también comparte el criterio de que “puede haber una legítima diversidad entre católicos respecto de ir a la guerra y aplicar la pena de muerte, pero no respecto del aborto y la eutanasia”.

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