La multitudinaria celebra­ción de canonización con­gregó a unas 400.000 perso­nas y fue hecha en el predio de la Fuerza Aérea en Ñu Guasu, donde el ahora San Juan Pablo II elevó a los altares de la Iglesia universal al primer paraguayo. Durante la cele­bración también se realizó la canonización de los españoles San Juan del Castillo y San Alonso Rodríguez, quienes fueron martirizados al igual que San Roque.

El Pontífice estuvo en el país hasta el 18 de mayo y su pre­sencia fue muy importante, más allá de lo religioso, con­siderando la larga dictadura militar bajo el régimen de Alfredo Stroessner.

Durante su estadía, Juan Pablo II visitó varias locali­dades del interior –Villarrica, Chaco, Encarnación, Caa­cupé– y se reunió con jóve­nes. Pese a la inclemencia del tiempo, mucha gente salió a las calles para darle la bien­venida y también para par­ticipar de las celebraciones que ofició.

Para conmemorar la fecha, anoche se realizó una misa en la Catedral Metropolitana. La celebración fue presidida por el arzobispo, monseñor Edmundo Valenzuela. Cien­tos de fieles participaron de la celebración, donde se recordó al primer santo paraguayo.

González de Santa Cruz fue un sacerdote jesuita fundador de varias misiones y reduc­ciones jesuíticas en los terri­torios que hoy ocupan Para­guay, Brasil y Argentina. Fue martirizado hacia 1628 en Caaró, el sur del actual Brasil, y su canonización fue espe­rada por alrededor de 50 años, desde que fue beatificado el 28 de enero de 1934.