Guiño a la Iglesia: Provincia gastará 45 millones en una torre de la Catedral de La Plata

Luego del encuentro entre la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, y el máximo líder de la Iglesia Católica, el argentino Papa Francisco, quedó claro que, de aprobarse el proyecto de despenalización del aborto, las autoridades de Cambiemos buscarían un gesto de acercamiento hacia la Santa Sede.

 

En un gobierno cuya mayoría profesa un acérrimo catolicismo, resultaba impensado el fracaso ante los pro abortistas sin la consiguiente respuesta en busca de fortalecer la relación con el Vaticano, visiblemente dañada luego de la votación en la cámara baja. La forma que se ha elegido resultó, no obstante, algo inusual.

En la noche del 19 de noviembre de 1999 la Catedral de La Plata se iluminó con un impactante espectáculo que no ahorró en colores y sonidos. Las 100 mil personas que se habían congregado en la Plaza Moreno a celebrar el 117° aniversario de la fundación de la ciudad, observaron maravillados la inauguración oficial de las dos torres que completaron el diseño de la monumental silueta de ladrillos a la vista. Ambas añadiduras, de 112 metros de altura, fueron bautizadas con el nombre de Jesús (la ubicada sobre la avenida 53) y María(sobre la avenida 51).

 

En aquella ocasión, el gobernador Eduardo Duhalde; el vicegobernador electo, Felipe Solá; el cardenal Raúl Primatesta; el arzobispo de La Plata, Carlos Galán; el arzobispo coadjutor, Héctor Aguer; el intendente local, Julio Alak; y el titular de la Fundación Catedral, Eduardo Di Marco; anunciaron solemnes: “Al fin, la Catedral está completa”.

La novedad, ahora, es que estaban todos equivocados. Al menos, así lo determinó el ministro de Infraestructura y Servicios Públicos, Roberto Gigante, quien ordenó el llamado a una licitación para el “Completamiento de la Torre de María” de la Catedral de La Plata.

Si bien la resolución 584/2018 no especifica qué es exactamente lo que le falta a la torre para estar, de una vez por todas, completa, sí se indica que el presupuesto oficial es de 45.114.758,83 millones de pesos.

La medida no pudo haber llegado en peor momento. Durante los últimos meses, el salario de los religiosos ha estado en el centro de la escena. El propio Marcos Peña admitió que los obispos diocesanos, quienes no tienen gastos en impuestos, vivienda o comida, cobran unos 46.800 pesos mensuales, a quienes le siguen los auxiliares con 40.950, los eméritos con el mismo sueldo y los diocesanos con otros 46.800 mensuales. Así, la partida presupuestaria de la Iglesia Católica en el estado asciende a unos 130,4 millones de pesos anuales.

El regalo prometido parece ser demasiado caro, después de todo.

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