En un comunicado que se suma a las voces críticas contra la decisión del episcopado de escuchar "algunos testimonios de familiares de personas que sufrieron las consecuencias de este período marcado por la violencia en distintos ámbitos de la sociedad", el Grupo de Curas en la Opción por los Pobres hizo público su disconformidad con esta medida, que por otra parte reconocen no los sorprende, por considerar que los obispos esperaron "un gobierno negacionista y con gran cantidad de amigos o cómplices del genocidio entre sus filas" y resaltando que los modelos económicos del gobierno militar y el actual son coincidentes tanto en acciones y principios, "asistimos impávidos al silencio episcopal ante sus graves consecuencias: hambre, desnutrición infantil, empobrecimiento, desocupación, represión, endeudamiento, presos políticos, sometimiento imperial, etc. 

En un fuerte llamado a que los victimarios brinden información sobre los detenidos-desaparecidos y así cortar con la "cadena de silencio y complicidad cuyas resonancias siguen día a día presente en la sociedad", los sacerdotes piden que la Iglesia revise sus propios archivos a la vez que convoque "a los capellanes militares para conocer de “propia mano” las complicidades y activa participación en un terrorismo de estado del cual varios de sus miembros fueron responsables y ejecutores". En este sentido habrá que ver cual será la posición que adoptará el nuevo obispo castrense Santiago Olivera, recientemente designado por el Papa Francisco luego de 10 años de sede vacante.

Otro de los puntos salientes del comunicado difundido en redes sociales es el reclamo de la reducción al estado laical de Cristian von Wernich ya que a pesar de haber sido condenado por la justicia por crímenes de lesa humanidad, sigue siendo sacerdote. Y la crítica al Poder Judicial se extiende en su relación con el gobierno que "quita recursos, interviene en las prisiones domiciliarias de genocidas, y – por otro lado – reprime indiscriminadamente y quita recursos a las provincias o instituciones que no le son “amigables” asistiendo a un revanchismo de clase doloroso y preocupante". 

Finalmente los sacerdotes firman pidiendo "seguir buscando y haciendo memoria, verdad y justicia".