in dudas, este fin de semana, Santiago del Estero escribió uno de los capítulos más importantes de su historia. La beatificación de María Antonia de San José hizo que miles de feligreses alrededor del mundo posaran sus ojos en la “Madre de Ciudades”. 

Claramente, el papa Francisco no estuvo ajeno a lo que pasaba en su país y lo hizo saber por medio de una carta que le envió al obispo diocesano, monseñor Vicente Bokalic. Pero no se quedó sólo con lo escrito, sino que ayer emocionó a todos cuando terminó de rezar el Ángelus.

Con la plaza San Pedro colmada, el Sumo Pontífice expresó: “Ayer, en Santiago del Estero, Argentina, fue proclamada beata Sor María Antonia de San José. El pueblo la llama Mama Antula. 

Que su ejemplar testimonio cristiano, especialmente su apostolado en la promoción de los ejercicios espirituales, susciten el deseo de adherir cada vez más a Cristo y al Evangelio”. 

Es sabida la devoción que Francisco tiene por la beata santiagueña y en numerosas homilías recurrió a su ejemplo para explicar el Evangelio. 

Este hecho se vivió con profunda emoción, ya que entre los fieles se encontraban los marinos de la Fragata Libertad y, entre ellos, una santiagueña: Yésica Castillo Di Santo, quien contó su experiencia a Nuevo Diario.