Francisco a los pies de la Virgen «herida»

Francisco a los pies de la Virgen «herida»

El Papa visita el santuario de Czestochowa, uno de los más importantes centros de culto católico en Polonia, meta anual para más de cuatro millones de peregrinos

ANDREA TORNIELLI - ENVIADO A CZESTOCHOWA

Lo visitan cada año más de cuatro millones de peregrinos y es considerado el corazón de la Polonia católica, signo del profundo vínculo de la nación con María. El santuario de Czestochowa, al que se dirige está en el voivodato de Silesia: en Jasna Góra (Monte Claro) se conserva el ícono de la Virgen de Czestochowa. Una imagen que, según la tradición habría sido pintada por San Lucas (y la modelo habría sido justamente la Virgen). En realidad se trata de un ícono bizantino del tipo “Odigitria” (aquella que muestra y guía por el camino) creado, entre el siglo VI y el siglo IX, sobre una tabla de madera. Representa el busto de la Virgen cargando a Jesús. El rostro de María domina toda la pintura, por lo que produce un efecto mediante el cual quien la observa se encuentra sumergido en su mirada.  

El ícono fue traído de Ucrania a Jasna Góra, en 1382, por el príncipe Ladislao de Ópole, que en ese mismo año mandó construir el monasterio que surge en la cima de la colina que se encuentra al lado de la ciudad, y allí llamó a los monjes de la orden húngara de los paulinos, para que cuidaran el Santuario. En 1430, durante las guerras de los Usitas, el ícono fue profanado con un hacha, y todavía se pueden ver tres profundos surcos sobre la mejilla izquierda de la Virgen, que la convierten en una imagen inconfundible y muy particular. 

Desde el momento de su fundación, los reyes polacos siempre han tenido una gran veneración por Jasna Góra. Los reyes, después de la ceremonia de coronación, solían venir aquí para hacer un homenaje a la Virgen Negra. El único que nunca vino fue el útlimo rey polaco, Estanislao Augusto Poniatowski. En las primeras décadas del siglo XVII, para proteger el monasterio, fueron construidas una serie de fortificaciones, dentro de las que siempre vigilaba una guarnición militar. En 1655 Jasna Góra resistió durante dos meses el asedio del ejército sueco. Entre 1770 y 1771 fue invadida por las tropas de los Confederados de Bar, que se defendieron entre sus murallas contra los rusos, y en 1809 resistió al asedio de los austríacos. Sin embargo, cuatro años más tarde, fue ocupada por el ejército ruso. El santuario, además de ser un lugar de fe, también es un lugar de cultura: posee una biblioteca que cuenta con más de 40.000 manuscritos de enorme valor. 

Desde la Edad Media hay peregrinajes a pie desde toda Polonia. En todos los momentos de dificultad que ha pasado el país, el pueblo se ha estrechado alrededor de la Virgen Negra del Santuario de Jasna Góra. Y todavía en la actualidad llegan cada año varios peregrinajes, en particular entre junio y septiembre. El peregrinaje a pie dura varios días, y los fieles recorren hasta cientos de kilómetros a lo largo de más de 50 diferentes recorridos por toda Polonia. El más largo tiene 600 kilómetros. 

Los recorridos más famosos son los que parten de Varsovia (con 9 etapas, 243 kms., del 6 al 14 de agosto) y desde Cracovia (con 6 etapas, 150 kms., del 6 al 11 de agosto). Sin embargo, el más antiguo y famoso sigue siendo el que parte desde Varsovia, pues existe desde 1711 y llega a su destino el día de la fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen, el 15 de agosto.  

Incluso el joven Karol Wojtyla hizo este peregrinaje, en 1936, desde Cracovia. En el periodo en el que Polonia estaba gobernada por el régimen comunista, el peregrinaje comenzó a tener más seguidores, hasta que alcanzó, en los primeros años de la década de los ochenta del siglo pasado un millón de participantes. En la actualidad, los peregrinos que llegan a pie son más de 200.000. En los últimos 30 años han participado muchos jóvenes de diferentes países occidentales, en particular de Italia. El peregrinaje es presentado como una propuesta a quienes deben acabar sus estudios superiores o la licenciatura, para encomendar a la Virgen una fase delicada de la vida.  

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