Francisco inicia una arriesgada visita a Egipto, convulsionado por el terror

Francisco inicia una arriesgada visita a Egipto, convulsionado por el terror

Por Elisabetta Piqué

Francisco irá a la Universidad de Al-Azhar, se reunirá con Al-Sisi y alentará a la comunidad copta, atacada por EI

 

- Aunque públicamente "no hay preocupación", en el Vaticano sottovoce sí admiten que hay inquietud por la "misión de paz" de apenas 27 horas que elpapa Francisco emprende hoy a Egipto, nación líder entre los países árabes.

La tierra de la civilización del Nilo no pasa por un buen momento. En un viaje cargado de desafíos, el Papa llegará a un país en estado de emergencia, declarado por el presidente egipcio, Abdel Fatah al-Sisi, después de los cruentos ataques terroristas del grupo extremista Estado Islámico (EI) contra dos iglesias coptas, el pasado Domingo de Ramos, los últimos de una seguidilla que está ensangrentando Egipto.

En medio de extremas medidas de seguridad y del temor a atentados, Francisco arribará a un país de 90 millones de habitantes, de mayoría musulmana (90%), con un rol clave en el polvorín de Medio Oriente, en un clima muy distinto del que recibió a Juan Pablo II, primer pontífice en pisar Egipto, en febrero de 2001.

Entonces, aún no habían tenido lugar el ataque a las Torres Gemelas ni la invasión estadounidense de Irak de 2003, ni las "primaveras árabes", que conmocionaron la región. Sus vientos, que alimentaron la memorable revolución de la plaza Tahrir, destronaron en 2011 al "faraón" Hosni Mubarak, que estuvo en el poder 30 años. Tras las primeras elecciones democráticas del país, éste fue sucedido en 2012 por Mohamed Morsi, de la Hermandad Musulmana, que fue destituido un año más tarde en un golpe, tras grandes protestas, por el entonces jefe del ejército y ministro de Defensa, Al-Sisi. El militar, que hoy recibirá al Papa cuando aterrice a media tarde en el aeropuerto internacional de El Cairo, fue elegido en los comicios de 2014. Aunque dio muestras de apertura a la antigua comunidad copta ortodoxa, el mandatario, recibido por Francisco en 2014, es criticado por violaciones de los derechos humanos.

Por todo esto, Francisco, que aseguró que viaja como un mensajero de la paz en un mundo "desgarrado por la violencia ciega", deberá apelar a sus dotes de diplomático en este decimoctavo viaje de su pontificado. Breve pero intenso, muchos consideran que éste será tan arriesgado como el que hizo en noviembre de 2015 a la República Centroafricana, país sumergido en una fratricida guerra civil. Pero al Papa no le importa. "El Papa nunca pensó en renunciar al viaje justamente porque quiere estar presenta allí donde hay situaciones de violencia, de conflicto. Y viaja justamente porque Egipto necesita de alguien que anuncie la paz y que intente operar por la paz", explicó ayer el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado. Parolin viajará en el séquito papal junto con otros purpurados.

El momento clave del viaje será cuando Francisco pise hoy la Universidad de Al-Azhar. Se trata de uno de los centros culturales más importantes del islam, considerado "el Vaticano" de los sunnitas, mayoritarios en el mundo (85%). Allí, al margen de reunirse con su rector, el gran jeque Ahmed el-Tayeb -un moderado que apoyó el golpe de Al Sisi de 2013, a quien recibió el año pasado en el Vaticano-, participará de una conferencia internacional de paz. Entonces, ante líderes religiosos egipcios y de otros países, el patriarca ortodoxo de Constantinopla, Bartolomé, docentes y alumnos, se espera que Francisco haga un llamado a la colaboración para desterrar el extremismo religioso.

Luego de reunirse con el presidente y otras autoridades, Francisco se reunirá con el papa copto, Teodoro II, en la catedral de San Marcos, en el viejo barrio cristiano de El Cairo. La zona fue escenario de un atentado en diciembre de 2016, cuando un artefacto explotó en la capilla de San Pedro. Justamente allí, tras una oración ecuménica, el Papa rendirá homenaje a las 29 víctimas del ataque.

El Papa se dedicará mañana a la minoría católica (0,31% de la población) del país. Por motivos de seguridad, celebrará una misa en un estadio militar ante unos 30.000 fieles. Antes de emprender el regreso a Roma, alentará al clero local.

Aunque la minoría copta está de fiesta por esta primera visita de Francisco, cuyo lema es "Papa de la paz en un Egipto de paz", algunos ven con escepticismo esta virtual misión imposible. "Vivo en Egipto y no estoy de acuerdo con este viaje: el país es inestable y temo por la vida del Papa", comentó Robert Lewis, católico estadounidense.

"El trabajo de este pontífice es demasiado crucial para el futuro del catolicismo como para ser puesto en riesgo en un vano intento de sanar luchas internas del islam y de Egipto", agregó, resumiendo el clima que se vive en la tierra de Cleopatra.

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