Los preparativos fueron calificados por las autoridades como una "fuerza simbólica excepcional" que disuada a los terroristas de cualquier ataque anticristiano. Las recomendaciones a los templos incluyen estar atentos a cualquier vehículo sospechoso en las inmediaciones de las celebraciones, así como el reporte de cualquier comportamiento inusual. De igual manera se solicitó limitar el número de puertas de acceso y prestar atención a maletas o paquetes abandonados. 

El vocero de la Conferencia Episcopal de Francia, Mons. Olivier Ribadeau Dumas, expuso el consenso de la Iglesia en la aplicación de dichas medidas, según relató la agencia ACI. "Hemos pedido al ministerio que preste atención a la afluencia de personas que asisten a las Misas de Navidad", comentó el prelado, quien solicitó la "colaboración de todos los fieles para seguir las consignas y que se conduzcan por el sentido común".

El P. Matthieu Rougé, párroco de Saint Ferdinand des Ternes, indicó, por su parte, que las medidas de seguridad se aplicarán y comunicarán de manera positiva. "En cada gran evento de la parroquia, les pedimos que presenten sus bolsas. Quienes cuidan son voluntarios. Todo va muy bien", relató el sacerdote. "Este aspecto se tendrá en cuenta, pero el ambiente es de esperanza".