A falta de liderazgo, el PJ nutre una cantera de autocandidatos

A falta de liderazgo, el PJ nutre una cantera de autocandidatos

Si bien aún varios no formalizaron cuáles son sus aspiraciones, imaginando a Cristina afuera, ya se mueven pensando en 2019. Hay autopostulados para la provincia y Nación

 

En mayo de 2014, poco más de un año antes de perder las elecciones que ni en su peor pesadilla imaginaba con ser derrotado, por orden de Cristina Fernández de Kirchner, el PJ creó su G7 para incomodar al que parecía (y así fue) inevitable candidato de su espacio: Daniel Scioli. Sin re-re, para evitar además el síndrome de "pato rengo", la entonces Presidenta alimentó a otros seis eventuales "presidenciables", varios sin darle el piné. Una apariencia de que la cantera K no se agotaba en el gobernador bonaerense.

 

 

Ahora, con una multitud de tribus, entre las que aceptarían a la actual senadora en una boleta y los que no, es inevitable que se reedite el fenómeno, con un peronismo que busca demostrarse curado de las heridas de 2015, auspiciado por la crisis financiera que golpeó a la Casa Rosada de Cambiemos. Sin una línea imperativa, a falta de un único líder, esta vez son autopostulados los que comenzaron a emerger. Siempre bajo el deseo de una gran PASO opositora, que logre acumular la mayor cantidad del electorado antimacrista.

 

 

Por el lado de la cristinista Unidad Ciudadana, el diputado Agustín Rossi fue de los primeros en no disimular sus aspiraciones. Santafesino, pasa sus fines de semana en la provincia de Buenos Aires. Y los feriados, como ayer, que estuvo en Almirante Brown, donde pidió que "Macri deje de esconderse en la Quinta de Olivos", por su faltazo al Día de la Bandera. Lo oficializaría en agosto. "Contra Cristina no voy ni a la esquina", se le escucha decir al jefe del bloque del FpV/PJ. Sus eventuales contrincantes del voto K podrían ser Axel Kicillof, con la economía que ya imaginan que será tema de campaña, y el chaqueño Jorge Capitanich, un revival de lo que se decía en 2014, cuando todos tenían la venia de CFK hasta que llegó el "baño de humildad".

 

 

Otro que ya se lanzó para la interna fue el experimentado presidenciable Alberto Rodríguez Saá, el gobernador de San Luis convertido al cristinismo con Macri en el poder.

 

 

Desde el PJ sindical, que antes apostaban por el "peronismo racional" del salteño Juan Manuel Urtubey o el rionegrino Miguel Ángel Pichetto, surgió un "tapado": claman por el senador Omar Perotti, pero el santafesino ya avisó que su apuesta 2019 será por la gobernación de su provincia.

 

 

Aun con una María Eugenia Vidal de amianto, a diferencia de Macri, el peronismo sueña con recuperar la provincia el año que viene. A los ya clásicos rumores de intendentes como Verónica Magario (La Matanza) y Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), se anotó un trío que no niega sus aspiraciones.

 

 

Primero, con bandera cristinista, se postuló el jefe comunal Francisco "Paco" Durañona (San Antonio de Areco). Después fue el turno de Silvina Batakis, quien hubiera sido la ministra de Economía de la administración Scioli.

 

 

Alejados del experimento con el GEN y más cerca del entramado panperonista, el massismo no se queda atrás, comenzando por su líder, hoy sin cargo. Fiel a su estilo, Sergio Massa seguirá jugando al misterio. Por eso, el diputado Felipe Solá llegó a decir unos meses atrás: "Me gustaría ser candidato a Presidente". Al ex gobernador, se sumó otro aspirante provincial: su colega Daniel Arroyo.

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