Una de espías y política en el caso D'Alessio

Una de espías y política en el caso D'Alessio

Por: Ricardo Roa. ¿Qué hay detrás de la causa de extorsión y espionaje que lleva el juez Ramos Padilla? Todos los caminos conducen a los servicios de inteligencia. 

Algunos datos de los últimos días permiten hilvanar mejor lo que hay en y detrás de la causa de extorsión y ahora de espionaje que lleva el juez Ramos Padilla, al que el kirchnerismo invitó a Diputados.

Ramos Padilla llegó allí de la mano de Leopoldo Moreau, con quien comparte pasado en el radicalismo. En un caso mutado en simpatías cristinistas y en el otro en fanatismo cristinista. Hay un tercer ex alfonsinista pasado al kirchnerismo que también es protagonista aunque casi oculto de esta historia: Juan Martín Mena, que terminó espía de la AFI y segundo de Parrilli en la AFI.

Ahora se sabe que el empresario Echebest Rodríguez compartió oficinas con los cómplices del presunto abogado Marcelo D’Alessio, al que acusó de extorsionarlo. Fue en el edificio de Alicia Moreau de Justo 1150, Puerto Madero, entre 2014 y 2016. El propio Echebest se lo contó al juez y se lo contó al periodista Francisco Olivera, de La Nación. Dijo que a su lado trabajaban los ex comisarios de la Bonaerense Degastaldi y Bogoliuk, presos con D’Alessio por orden de Ramos Padilla.

Trabajaban quiere decir que hacían escuchas y grabaciones ilegales. Era una agencia de inteligencia privada que usaba recursos estatales Echebest estaba ahí y su secretaria era a la vez secretaria de los otros dos. ¿Cómo se entiende esa relación? Echebest convivía con una banda y no tenía nada que ver. Menos creíble que aquello de que los Reyes Magos no son los padres. Encima dice que se defendía como guitarrista y que con eso compró propiedades en Estados Unidos.

Miembro de Justicia Legítima, Ramos Padilla no dice nada sobre esto. Puso el foco sobre los discos rígidos y los teléfonos que les secuestró a D’Alessio y sobre las operaciones clandestinas que descubrió y que en parte reveló en Diputados. Algunas bien graves: involucran a la embajada de Estados Unidos, a la DEA y a Venezuela. También a Mario Montoto, ex montonero, importador de equipos de seguridad y presidente de la Cámara Argentino Israelí. Se supone que un juez no debe ventilar cosas semejantes. O tal vez sí, si uno mira el operativo político: fue a Diputados con el secretario del juzgado, Leandro Labozzetta, para más datos hermano de la fiscal Mariela Labozzetta, pieza clave de la ex Procuradora ultrakirchnerista Gils Carbó.

¿Para quiénes trabajaban D’Alessio y los dos ex comisarios? Todos los caminos conducen a los servicios de inteligencia. O a los servicios de inteligencia que nunca desmanteló el macrismo. También facturaban para empresarios y políticos. La lista de clientes va a abrir otros frentes.

Ramos Padilla busca meter ruido mediático y con ese ruido mediático salpicar al Gobierno. Sobre todo embarrar el caso de los cuadernos de las coimas, que hoy son fojas y fojas de arrepentidos. Hay uno que aún no lo es y que puede ser clave: Víctor Manzanares, contador de toda la vida de los Kirchner y que Bonadío demora en aceptar. Ultimas noticias: Ramos Padilla volvió a citar al fiscal Stornelli y el Gobierno lo denunció en el Consejo de la Magistratura.

No sólo el kirchnerismo está interesado en que la causa se empantane. También unos cuantos empresarios que aparecen allí y de la peor manera. Después de todo lo que se sabe, estamos en problemas serios si la Justicia no se banca ir a fondo.

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