Escasa mejoría en basura; transporte, marcha atrás

Escasa mejoría en basura; transporte, marcha atrás

El descenso del transporte sería mucho mayor de no existir los boletos subsidiados. 

De las 35 mil toneladas por mes promedio de residuos sólidos urbanos que produce la ciudad de Córdoba, apenas 474 toneladas se reciclan desde la puesta en marcha de Recuperando Valor, el último cambio para la gestión de la basura que puso en marcha la Municipalidad de Córdoba hace cuatro meses.

El dato representa una mejora de casi un 50 por ciento de los registros pre Recuperando Valor, pero sigue siendo casi insignificante: 1,35 por ciento del total. El resto, como siempre, va a parar bajo tierra, y desde hace nueve años, al predio de Piedras Blancas, que transita una nueva prolongación de su vida útil, prevista originalmente para 365 días, hasta el final del mandato del actual intendente.

La Voz publicó ayer que en zona sur se dieron los principales problemas en la recolección, un sector prestado por Lusa, empresa del mismo grupo que Ersa, que controla cerca del 50 por ciento del transporte y enfrenta graves dificultades financieras.

A propósito, el transporte urbano de pasajeros cayó en su corte de boletos en 2018. Cortó 171,66 millones de pasajes, unos tres millones de viajes menos que en 2017.

Si este dato se coteja con 2016, la merma es de casi 11 millones de viajes. El colectivo, al ser un transporte masivo, es un medio que se considera parte de un desarrollo sostenible en términos ambientales. Lo que se sostiene es su caída.

El descenso sería mucho mayor de no existir los boletos subsidiados desde la Provincia. Casi 30 millones de viajes en la ciudad de Córdoba se hicieron con los programas Boleto Educativo Gratuito (BEG), Boleto Obrero y Social (BOS), Boleto Adulto Mayor (BAM) y Boleto Social Cordobés (BSC).

A Ersa no le fue tan mal: cortó 90 millones de boletos, frente a los 76 millones de pasajeros que transportó en 2017. El total de esta mejoría lo pagó Autobuses Córdoba, la empresa que jaqueada en la gestión entregó buena parte de sus líneas más rentables a la correntina que domina el subsistema.

La caída de pasajeros también ocurrió con los viajes en colectivos interurbanos, donde descendió el número de viajeros que pagan la tarifa plena, a la vez que creció la cantidad de boletos con alguno de los beneficios de gratuidad o descuento.

En 2018, el principal de estos programas, el BEG, subió un 10 por ciento su cantidad de beneficiarios, una relación que se sostiene en ascenso este año. Rozó los 32 millones de beneficios. El Boleto Obrero y Social –que cubre el 50 por ciento del viaje– subió ocho por ciento, hasta llegar a 5,3 millones de pasajes. Y sólo el boleto gratuito de los jubilados (BAM) subió por debajo de estas proporciones: un poco menos de cinco por ciento, con 8,4 millones de viajes al año en toda la provincia.

Basura y transporte son los principales servicios urbanos. Se llevan los mayores gastos extras salariales del presupuesto municipal y tienen impacto en la salud pública y en la movilidad, dos derechos esenciales. Sus números en baja y la crisis de las empresas prestatarias son amenazas latentes; antes que nada, a esos derechos.

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