Un entusiasta Lorenzetti alabó la ecología de Francisco en la Jornada de Pastoral Social

"Es música para nuestros oídos", dijo el juez al disertar sobre la dimensión política de la encíclica Laudato Si. En primera fila, Carlos Tomada, Miguel Galluccio y otros funcionarios. El cardenal Mario Poli clausuró el encuentro

Por Claudia Peiró 

Convocada como una reflexión sobre el llamado papal a cuidar el planeta Tierra, a unir a la familia humana y a una ecología integral, esta XVIII Jornada de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, que tuvo lugar ante un auditorio Manuel Belgrano del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Capital, colmado de público.

El tema de la Jornada era el Pensamiento Social de Francisco: Sobre el cuidado de la casa común; desafíos y propuestas desde la Laudato Si.

En primera fila, varios funcionarios del gobierno –como suele suceder en los eventos eclesiales desde que Francisco es Papa: el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, el titular de YPF, Miguel Galluccio, el secretario de Culto, Guillermo Olivieri, y el secretario general del Instituto Nacional Juan Domingo Perón,Lorenzo Pepe, entre otros. Entre el público se veía también a otros dirigentes sociales, gremiales y empresariales, como José Urtubey (UIA), Omar Aboud, de la comunidad islámica y amigo personal del papa Francisco, Rodolfo Daer, titular del sindicato de la Alimentación, y Daniel Funes de Rioja (COPAL), entre otros.

El papa Francisco envió un saludo a los participantes de la jornada. La misiva, dirigida a su sucesor al frente del Arzobispado de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, incluía un agradecimiento a carlos Accaputo y a sus colaboradores “por el trabajo realizado en la organización” del evento. También saludaba a los participantes de esta jornada “sobre temas tan trascendentes para la humanidad”, deseando que “dé fruto abundante para nuestra ciudad y nuestra Patria”. Y concluía con el habitual pedido: “Recen por mí”.

Abrieron la jornada el padre Carlos Accaputo, responsable de la Pastoral Social, y Humberto Bertazza, por el Consejo anfitrión de la jornada. Este último destacó y agradeció el valioso espacio de reflexión que ofrece la Iglesia a través de la Pastoral Social, “especialmente en estos tiempos de cambio que atraviesa nuestro país”.

Bertazza señaló que la Encíclica del papa Francisco dejaba una consigna clara: globalización de la indiferencia o globalización de la solidaridad. La Laudato Sii, inspirada en la oración de San Francisco de Asís, “alabado seas, mi Señor”, marca la conciencia de que habitamos el planeta con otros 7 mil millones de habitantes y el Papa llama en su documento a cuidar esa “casa común”. “Nuestro Consejo lleva en su ADN la búsqueda del bienestar social”, afirmó Bertazza, y por eso “celebra el rol de la Iglesia como generadora de espacios de consenso como esta jornada”.

Luego de la apertura se desarrolló el primer panel. En línea con el título -“Lo que le está pasando a nuestra casa común”-, los dos disertantes, Rodrigo Rodríguez Tornquist, especialista en políticas de sostenibilidad y cambio climático, y el economista Fernando Peirano, funcionario del Ministerio de Ciencia y Tecnología, hicieron un diagnóstico de la crisis. La Encíclica papal equivale a una advertencia de que por segunda vez en su historia la humanidad –la primera fue la escalada nuclear del siglo XX- está al borde de un gran riesgo de extinción. “Francisco es un aliado fundamental” en la denuncia de estos riesgos, “porque el poder mundial está del otro lado”, dijo Rodríguez Tornquist.

El contraste entre la aceleración de los cambios tecnológicos y la creciente inequidad social, la imposibilidad de separar la crisis ambiental de la crisis social, el consumo basado en ambiciones sin límite y no en necesidades, el mercado como organizador social y la necesidad de recuperar la planificación como herramienta de política pública fueron algunos de los puntos tocados por los panelistas.

“Al mundo le falta un tornillo”: con esta cita bien porteña (del tango de Enrique Cadícamo) abrió su disertación el sociólogo y profesor de Relaciones Internacionales José Paradiso. Francisco, sostuvo, en su pastorado en Argentina, siempre dijo lo mismo que hoy; la diferencia es la repercusión. El discurso papal tiene dos características: llamar a las cosas por su nombre e ir a las raíces de los problemas. A modo de ejemplo citó: “No hay una crisis social y una crisis ambiental, sino una sola crisis socioambiental”

Subrayando la primacía de la política, expresó su nostalgia de los tiempos en que los Diarios de Sesiones del Congreso eran material de consulta, por los conocimientos que tenían diputados y senadores. “Hay que restituirle a la política los saberes de los que fue vaciada; menos globos y más ideas, menos tilinguería y más compromiso con los necesitados”, fue su deseo.

Leyó un titular de un diario extranjero: “De la miseria política a la alta visión de Francisco”, lo que arrancó aplausos del público. Retomando la letra de Cadícamo: “Al mundo le falta un tornillo, ¡que venga un mecánico que lo pueda arreglar”, aseguró que Francisco es ese mecánico, dispuesto a hacer lo que pueda: “Confiemos en que la palabra de Francisco se haga proceso”, concluyó.

Llegó el turno de Ricardo Lorenzetti, que fue presentado con todo su curriculum de especialista en derecho ambiental, materia de la cual es docente. Él mismo dijo que hablaría en esa calidad y no como miembro de la Suprema Corte de Justicia.

Aseguró compartir el diagnóstico de Francisco y alabó el hecho de que la Encíclica esté dirigida a la humanidad toda, por lo que puede reorientar el debate mundial de una nueva gobernabilidad.

Para Lorenzetti la inequidad debe darse no sólo dentro de una misma generación sino a nivel mundial –porque hay países que declaman cosas que no hacen- y en el plano intergeneracional. También señaló la necesidad de una “gobernabilidad sistémica” que permita estudiar los problemas para prevenirlos y no esperar la catástrofe.

“Esto supera la capacidad de la actual dirigencia, que está paralizada frente a estos problemas en todo el planeta”, lamentó.

En la jornada, también disertó el presbítero José Carlos Caamaño, sobre “La raíz humana de la crisis ecológica”; Arnaldo Bocco, José Urtubey y Horacio Ghillini sobre “La dimensión económica en la Laudato Si”; y Enrique Del Percio y Ana Zagari sobre “La dimensión cultural, educativa y dialogal” de la Encíclica.

La reflexión final y una oración “por nuestra Casa Común” estuvieron a cargo del Cardenal Mario Poli.

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