"Un encuentro con el Papa nos haría felices"

La entrevista terminó, pero el Gran Imán de la universidad de El Cairo al-Azhar, Ahmad Muhammed al-Tayyeb, permanece sentado.

Pide volver a encender el micrófono: “Lo que quiero decir a Occidente es que las relaciones entre nosotros, musulmanes, y nuestros hermanos cristianos, sean coptos, católicos u otros, son excelentes”. Y añade: “El Corán describe a los cristianos como personas mites, no arrogantes, que no matan. Dios puso en sus corazones la misericordia y así será hasta el día del juicio. Es lo que hemos aprendido del Corán y es lo que enseñamos en al- Alzhar”. Las declaraciones las recogemos aprovechando el paso del Gran Imán por Florencia, donde participó de una conferencia internacional sobre diálogo promovida por su Universidad y la Comunidad de San Egidio. Responde con franqueza a las preguntas que le planteamos.

El Isis perjudica a nivel global la imagen del islam. ¿Como remediar este daño?  

Me esperaba ver a Occidente más consciente, en condiciones de establecer la diferencia entre la realidad del islam y los movimientos armados que están por fuera de la ley islámica y que se disfrazan de islam. Ya he tenido oportunidad de decir que nosotros los musulmanes en Oriente sufrimos ataques por parte de personas que citan textos sagrados para agredirnos. Nosotros respetamos la religión islámica y cristiana y nunca tuvimos tan solo un pensador o escritor que haya hablado mal de ellos. Más todavía, no se puede ser musulmán si no se aceptan las revelaciones de los Profetas del Antiguo Testamento y de Jesús. Y Jesús, Isa en el Corán, es uno de los Profetas, un mensajero de Dios que recibió un texto sagrado que es el Evangelio. Hemos tratado de establecer la diferencia entre el judaísmo y el cristianismo, que son religiones de paz y de misericordia, y aquellos que ha vaciado la religión para hacer colonialismo y matar a los pueblos. Ojalá que Occidente sepa captar la diferencia entre el islam, las palabras del Profeta y mil millones de musulmanes y este pequeño grupo. No se puede meter a todos en la misma bolsa.

¿Las intervenciones armadas contra el Isis no corren el riesgo de exacerbar las contraposiciones?

La aparición de Daesh (Isis en árabe) de un momento para otro nos lleva a preguntar cuáles son las causas profundas de dicha aparición. Déjeme decir lo que piensa el hombre de la calle árabe: Occidente no es completamente ajeno a la aparición del Isis porque sus armas son norteamericanas y no son fabricadas en el mundo musulmán. Además, el Isis creció demasiado rápidamente y un desarrollo tan veloz requiere de importantes capitales. ¿De dónde llegan estas sumas de dinero? La gente dice que Occidente no afronta y combate el Isis seriamente. Creo que si el orden mundial y los Estados Unidos hubiesen querido ayudar a la cooperación árabe para erradicar el Isis y sus hijas y sus nietas, habrían podido hacerlo en un solo día. Pero el orden mundial quiere que haya caos en nuestra región. Más aún, parece que hay intención de fragmentar la región y el Isis es una herramienta eficaz para la fragmentación y, por tanto, una herramienta funcional para las grandes potencias que no desean la paz y el desarrollo.      

El Papa Francisco exhorta a levantar las voces contra los crímenes del fundamentalismo. ¿Qué relación tiene con el Papa?

Desde que fue elegido el Papa Francisco, hemos percibido señales de bien. Escuchamos sus discursos importantes que invitan al respeto hacia todas las religiones. Al-Azhar a partir de ese momento reactivó el canal de diálogo existente con el Vaticano, canal que bajo el Papa Benedicto había sido congelado. Si ahora el Vaticano diera un paso, diría que nosotros haríamos diez pasos en su dirección. 

¿Considera posible un encuentro con el Papa? 

Sería un encuentro que nos haría feliz, como nos haría feliz un encuentro con todos aquellos que aman la paz. El problema no es el Papa Francisco y tampoco lo es al-Azhar. El problema reside en los sistemas políticos mundiales que planifican la política militar, económica y financiera. Si estuviera en las manos del Papa o de los líderes religiosos, el tema estaría resuelto desde hace mucho tiempo. Lamentablemente, no es así. Por esto es importante que llegue nuestra voz al oído de los decidores mundiales.

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