Algunas conductas recientes pretenden provocar la homogeneidad en una comunidad orgullosamente diversa, y conmueven los actos republicanos y de gobierno de las instituciones centrales. 

Los 100 años de la Amia y los 80 años de la DAIA dan debida cuenta de su historia en la diversidad y con la diversidad. Los años de nuestra historia acreditan que nunca, antes de ahora se ha pretendido poner por fuera de los estatutos comunitarios a la política comunitaria. Que es la DAIA sino un conjunto de dirigentes provenientes de todas las instituciones comunitarias de la Republica que debaten el interés de toda nuestra comunidad? 

Una rara concepción del poder, del poder hacer, suena pretencioso en estos días, pretendiendo dar por sentado que un pequeño conjunto de instituciones afiliadas resolverán en un café y fuera del marco eleccionario , no solo que candidato de la DAIA será el “elegido” sino también a que postulados deberán sujetarse. Esta concepción egocéntrica de pretender controlar las decisiones democráticas de las instituciones, desprecia a factores de poder como al Confederal de la DAIA, la expresión más armónica del federalismo, y también desvirtúa y vacía de interés a todas las instituciones, algunas pequeñas en votos pero grandes en sus misiones y que integran a la representación política de la comunidad judía de la Republica. 

Esta comunidad ha sorteado antes de ahora a otros pretendientes de homogeneidad que han fracasado en impedir la convergencia entre el hombre y su prójimo, como refiere Kovadloff. A pocos meses de las elecciones en la DAIA, los equipos de los 3 candidatos han logrado construir un espacio de competencia democrática, en el marco adecuado, para que nuestra comunidad no tema elegir entre la diversidad y rechace pretensiones hegemónicas que desprecian el fundamento de elegir y ser elegido.

JORGE KNOBLOVITS

CANDIDATO A LA PRESIDENCIA DE LA DAIA