Un viaje papal, un encuentro profundo y misionero con un pueblo, no se organiza de un día para otro, ni se puede analizar despegado de una tarea conjunta, ni desagregado de actividades, declaraciones y documentos previos. Eduardo Valdés lo sabe, como argentino, amigo y conocedor de Bergoglio. En esta nota, analiza algunos aspectos de esta visita histórica, y contextualiza los países elegidos y los momentos que viven.

ENCUENTRO CON LAS BASES, CON EL PUEBLO

"Va a ser un encuentro con el pueblo sufriente de América Latina, y habrá mucho del Documento de Aparecida y de la Evangelii Gaudium. Creo que el Papa va a hacer mucho hincapié en estos dos documentos, donde la Evangelii por ejemplo se ha convertido en la crítica más fuerte al capitalismo financiero, cuyas consecuencias vemos hoy en Grecia. Hay muchas frases que salieron de Bergoglio viviendo en Argentina".

ECUADOR

Ante el crítico documento de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, duro con el presidente de aquel país, y más cercano a los sectores opositores al gobierno, que llevaron a cabo marchas contra Correa en la previa a la visita papal, Valdés revela un "trascendido" que llega desde Roma, y recuerda el nivel de relación entre Correa y Bergoglio: 

"Una de las cosas que se decían en voz baja en el Vaticano es que Francisco, en este viaje, va a "encuadrar" a las conferencias episcopales de latinoamerica. Es pública su preferencia para Rafael Correa. El presidente de Ecuador y Evo Morales, de Bolivia, son los dos presidentes, que, luego de Cristina Fernández de Kirchner, más han visitado al Papa. Y eso es por decisión propia de Francisco.  Dos meses antes de la Laudato Si, Francisco llevo a cabo un encuentro en Roma, en la Casina Pio IV, sobre medio ambiente, y el único invitado fue Correa. Con Evo Morales ya tiene tres encuentros con Francisco, en el Vaticano y en Brasil"

BOLIVIA Y PARAGUAY

Ante la posibilidad de expresiones similares de otras conferencias episcopales, el embajador argentino ante la Santa Sede considera lo mismo. Cree que habrá "encuadramiento" humilde y sugerente, invitación a escuchar más la voz del pueblo pobre y sufriente, que los conceptos de los más poderosos, y concluye: 

"La conferencia episcopal boliviana no es distinta con respecto a las críticas como la ecuatoriana"

En el caso particular de Paraguay, allí considera que la situación es un tanto diferente, con una relación más cercana entre el gobierno de Cartés y la iglesia paraguaya, y anticipa algunas actividades de Francisco: 

"Creo que se va a encontrar con Lugo en Paraguay" (Fernando Lugo, ex Sacerdote, ex Obispo, ex presidente de Paraguay. Ahora reducido a estado laical)

Todo el papado de Francisco remite, inevitablemente, a Buenos Aires. Bergoglio está presente en cada gesto de Francisco. Aquel Bergoglio caminante, de subte diario, de mate en la villa, de charla con los vecinos, de inculturizar permanentemente. El hombre simple y sabio, que genera unidad en el palacio y en la pobreza, en Casa de Gobierno o en la villa 31, sin renunciar  jamás a los ideales fundamentales de Jesús, y su preferencia por los más débiles. Ante esa coherencia, Eduardo Valdés recuerda la relación estrecha del Papa con los pueblos que visita:

"Francisco se encuentra con dos colectividades con las cuales ha trabajado mucho en Buenos Aires: Bolivianos y paraguayos. En su trabajo en la pastoral villera ha estado permanentemente en contacto con ellos, por eso domina tan bien todas las costumbres, las vírgenes de cada comunidad, como figuras fuertes de la religión en estos países"

Valdés deja un ejemplo claro de cuanto sabe Francisco de la fe de los pueblos bolivianos y paraguayos: "El último domingo, en el Vaticano, se hizo algo así como una despedida de la comunidad boliviana. Fue algo muy conmovedor, por toda la Via della Conciliazione miles de personas, y el Papa desde arriba en el Ángelus "manejaba" y mencionaba a cada una de las imágenes de las advocaciones de la virgen en Bolivia, las conocía a todas"

Hay una relación directa entre el pueblo y Francisco. Sin cúpulas, sin intermediarios. Muchas veces escuchamos a un amigo o conocido decir: "Siento que lo que está diciendo es solo para mí, que me conoce y sabe por lo que estoy pasando". Esto no ocurre solo en Argentina. En Italia, y en los países latinoamericanos que desde hoy visita, también pasa. Por todo esto, el embajador argentino desliza una frase fuerte y muy sugerente, ante la llegada de Francisco: "Me parece que las conferencias episcopales deben estar nerviosas"

ENTENDER LOS SIGNOS. DE LA PERIFERIA AL CENTRO

Eduardo Valdés explica las razones de estos destinos, el por qué de las naciones y los lugares elegidos por Francisco para seguir esa línea que marcó desde su primer día como Sumo Pontífice. Desde el 13 de marzo de 2013, Bergoglio habla de llegar desde el fin del mundo, desde la periferia. Esta palabra marca su pontificado:

"Es el primer viaje organizado y planificado por él. La Jornada Mundial de la Juventud, por ejemplo, ya venía preparada desde el papado de Benedicto XVI, y además fue un encuentro mundial, multilateral, no para un solo país"

"Francisco hoy arranca una gira por Ecuador, Bolivia y Paraguay. Al igual que lo ha hecho en Europa, hoy el Papa no arranca por los países más poderosos o importantes, sino por las periferias. No viene a México o Argentina. En Europa pasa lo mismo. Fue por ejemplo primero a Lampedusa, donde quiso visibilizar a los migrantes, y también fue a Bosnia y Albania"

"Él (Francisco) quiere ir de las periferias al centro. Valora mucho estos países, que han sufrido, que han perdido guerras. Países donde él ha trabajado mucho: ¿Cuanto hay de Evo Morales en su carta a la tierra? ¿Cuanto hay de Rafael Correa en Laudato Si"

"La Cumbre de los Pueblos que se va a realizar en Santa Cruz de la Sierra es una de las grandes innovaciones que ha hecho Francisco. La convocatoria anterior en el Vaticano, con la Carta a la Tierra, son las bases de lo que hoy es Laudato Si, porque es tierra-techo-lucha contra la pobreza, que eran los tres mandatos que le da aquella cumbre"

Hoy comienza un momento histórico e inolvidable para América Latina, con un Papa que "vuelve" a su tierra. Transcurrido este periplo por estos tres países, ya nada será igual. Y en septiembre, con la llegada a Estado Unidos y Cuba, mucho más. Marcará una renovación de las relaciones en todo el continente, una enseñanza para todos, comenzando quizás por las cúpulas y los poderosos, y llegando luego a todos. Francisco sorprenderá nuevamente al mundo. Quiere terminar con las diferencias, la crispación, las luchas intestinas en los pueblos. Encuadrar a todos bajo una premisa: La única, verdadera y necesaria opción por los pobres. Escuchar a todos, pero con el oído preferido en el pueblo. Terminar con las diferencias. En definitiva, nada nuevo. Pastores con olor a oveja, ni más ni menos...