Al dolor y al llanto Dios responde con esperanza, dijo el Papa en la catequesis

Al dolor y al llanto Dios responde con esperanza, dijo el Papa en la catequesis

Continuando con su ciclo de catequesis sobre el tema de la esperanza cristiana, el Papa Francisco meditó en el miércoles 4 de enero de 2017 a partir del texto de Jeremías (cap. 31, 15-17), en el que el profeta presenta la figura de Raquel al pueblo. Ella, matriarca de su tribu, explicó el Santo Padre, llora por sus hijos que - en un cierto sentido  - han muerto yendo en el exilio, un llanto al que el Señor responde "con su delicadeza y su amor", con una promesa.

A continuación el resumen de la catequesis que el Papa pronunció en nuestro idioma: 

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy nos fijamos en Raquel, una figura que nos habla de la esperanza en medio del llanto. El profeta Jeremías habla de Raquel que llora en Ramá porque sus hijos, que han salido para el destierro, ya no están. Raquel representa el dolor de tantas madres que también hoy lloran la pérdida de un hijo o de un ser querido y no encuentran consuelo. Ante el dolor de los demás debemos mostrar una gran delicadeza, y compartir su sufrimiento y su llanto si queremos que nuestras palabras puedan dar un poco de esperanza. Dios responde al llanto de Raquel con una promesa: el pueblo volverá del exilio y vivirá libre en la fe. Las lágrimas de Raquel han engendrado la esperanza. El evangelio de Mateo retoma este texto de Jeremías y lo aplica a la matanza de los niños en Belén, por parte de Herodes. El Hijo de Dios ha entrado en el dolor de los hombres y lo ha compartido hasta el final. En la cruz, Jesús nos entrega a su madre, convirtiéndola en madre del pueblo creyente. Allí, la muerte es vencida y se cumple de modo pleno la profecía de Jeremías. Las lágrimas de María, como las de Raquel, han engendrado la esperanza y una nueva vida.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos a la Virgen María que nos ayude a tener siempre viva nuestra esperanza en medio del dolor, y que con nuestra delicadeza y ternura sepamos ser instrumentos de la presencia y cercanía de Dios para el que sufre. Les deseo un feliz año. Muchas gracias.

(GM - Radio Vaticano)

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